Debido a la falta de empleo en la región y la crisis económica que se vive, familias completas están acudiendo a la Casa de la Misericordia para tener algo qué llevarse la boca, por lo que de 200 personas a las que se daba un platillo el año pasado, actualmente están entregando 250, indicó el padre Román Oficial Gil.
“Gracias a Dios, Casa de la Misericordia está respondiendo a las necesidades, pero todo es gracia a nuestros bienhechores, que no han dejado de apoyar a pesar de la pandemia”, indicó el sacerdote.
Mencionó que durante el 2021, de lunes a sábado, hacían entrega de unas 200 comidas diarias, pero en estos primeros días del 2022 se llegó a las 250 porciones al día, lo cual atribuyó a que se vive una situación económica difícil, con alza en los precios de alimentos e insumos, y la gente no tiene qué comer.
El sacerdote señaló que desde el año pasado comenzaron a ver que la gente acude con sus niños, y son familias que vienen de Mariano Escobedo, Río Blanco, Nogales, Tlilapan yRafael Delgado.
Indicó que los van conociendo y saben que son personas que llegan a buscar trabajo, algunos muy jóvenes, o que traen productos para vender de casa en casa.
Mencionó que algunos son indigentes y otros más son personas que viven aquí y que a veces no tienen ni para comer.
Oficial Gil recordó que la Casa de la Misericordia no solo otorga comidas, sino también ofrece a quienes lo requieren servicios de asesoría jurídica, atención médica, psicológica y tanatológica.