‘Infonavit perdió sentido; ciudadanos, sin oportunidades de conservar viviendas’

Aunque el Infonavit mantiene una cartera vencida, el instituto ha perdido su sentido social, pues saca a remate la cartera sin dar oportunidad a la población que pagó por años la posibilidad de adquirirla, indicó Othón Ramírez López, delegado de la Coordinadora de Usuarios y Deudores de la Banca.

Mencionó que en una ocasión se conoció que se iban a rematar 300 viviendas, por lo que hizo a Infonavit una oferta de un pago único de 80 mil pesos pero nunca les contestaron y en cambio las vendieron a constructoras por un total de 8 mil pesos, y esas constructoras contrataron a despachos de cobranza y pidieron a los propietarios cantidades de 300 mil pesos y los que no aceptaron o pudieron hacerlo fueron desalojados.

Puntualizó que en ese momento ellos hicieron la oferta de 80 mil por tres viviendas de ciudadanos que querían arreglar su situación pero no tenían más posibilidades económicas.

Comentó que en ese momento la respuesta fue que tenían que vender todo en bloque, es decir, las 300 viviendas.

Puntualizó que esto ocurrió con gobiernos anteriores, no con el actual, y a la fecha no se ha sabido que salga otro remate para hacer algún ofrecimiento.

Reconoció que el hecho de que el Infonavit prefiriera hacer a un lado una oferta de 80 mil pesos y aceptar una de 8 mil es sospechoso, pero más el que no se dé preferencia a quien necesita un lugar para vivir y se venda a una empresa que revenderá cada casa-habitación en 300 mil pesos.

“Sí es sospechoso que viviendas que tenían créditos arriba de los 600 mil o 700 mil pesos por la deuda e intereses moratorios, hayan sido vendidas en una cantidad irrisoria cuando pudo haber hecho convenios con cada poseedor”, indicó.

Ramírez López recordó que muchos de los dueños originales eran trabajadores que migraron al norte del país y que se olvidaron que tenían una familia, rehacen su vida y en cambio la mujer que se quedó al frente de la familia se las tuvo que ingeniar para sostener ya no la casa, sino a los hijos y que eran a los que se debió dar prioridad para que pudieran contar con una vivienda.