El trabajo que realizan las artesanas no recibe un precio justo y además es objeto de explotación, señaló el director del Centro Coordinador del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas en Zongolica, Reynaldo Zavaleta Colotl.
“Lo que notamos en la región con las mujeres tejedoras es la explotación de la mano de obra; hay ciertos actores que se acercan para poner a trabajar a las artesanas y adquieren piezas pero éstas se venden en el mercado nacional o internacional al triple y eso es lo que preocupa mucho”.
Zavaleta Colotl consideró que lo mejor podría ser que los precios de sus trabajos los establezcan las propias mujeres y que sea justo por la labor realizada.
Mencionó que "eso se da mucho", el que se acerquen a pedir a las tejedoras algunas prendas y esos productos los anexan a sombreros, cinturones y otros más, lo que a veces implica incluso la desintegración de la pieza textil.
Puso como ejemplo las fajas tradicionales, que son una labor que tiene un contenido cultural, pero muchas veces se corta para poner una parte en un sombrero, en una gorra o en una cartera.
Opinó que la decisión final la tienen las mujeres, pero muchas veces ellas están en una situación económica en la que necesitan del recurso y es muy fácil dejarse seducir por esas propuestas.
Zavaleta Colotl mencionó que han visto esas situaciones cuando salen a exposiciones y observan que alguien se acerca con esos ofrecimientos, ante lo cual se busca hacer la defensa del conocimiento y explicar a las personas que no se pueden producir varias fajas en un día, ni reducir el costo porque compren 20 o 30.