El candidato suplente de la primera fórmula al Senado, Miguel Ángel Yunes Linares, podría ser acusado de tortura si la Fiscalía del Estado logra un acuerdo con el que fuera su colaborador durante su gobierno y exfiscal general, Jorge Winckler Ortiz.
Según las versiones, esa es la razón por la que el panista “bajó” a su hijo Fernando de la posición que ahora ostenta como suplente al Senado que, de lograr colarse su otro vástago, Miguel Ángel Yunes Márquez, aun perdiendo la elección para el Senado, podría dimitir para darle el cargo a su papá y a su vez el fuero constitucional que impida detenerlo.
Se supo también que el delito de tortura, por el que se le dio prisión preventiva de un año al exfiscal Winckler es el mismo por el que estarían indiciando al exgobernador, quien presuntamente giró la orden al entonces fiscal para torturar al chofer del exfiscal Luis Ángel Bravo, a fin de que éste acusara a su jefe de desaparición forzada.
Ha trascendido que a Winckler Ortiz se le oferta acogerse a un acuerdo de oportunidad artículo 256 Fracción V del Código Nacional, como testigo protegido, una figura similar a la establecida con Emilio Lozoya.
Con la filtración de dicha pretensión por parte de funcionarios dentro de la fiscalía que son afines a Yunes Linares y quienes traicionaron la confidencialidad al interior de la misma, el exmandatario no tuvo más que apresurarse a pedir la posición de suplente de su hijo mayor, Miguel Ángel Yunes Márquez y desbancar a Fernando para buscar evadir la justicia, y así evitarse una pena de hasta 30 años de prisión, que es la penalidad máxima por el delito de tortura.