Tras la pandemia, las familias en Orizaba vuelven a acudir a recordar a sus seres queridos
Mientras que durante la pandemia la afluencia de visitantes al cementerio municipal Juan de la Luz Enríquez, en Orizaba, disminuyó, para este año se espera que haya al menos 18 mil personas que acudan a limpiar y adornar las tumbas de sus difuntos, indicó el administrador del lugar, Camilo Boschetti Oliver.
Comentó que desde el sábado pasado las familias comenzaron a llegar, pero los días de mayor afluencia serán el primero y 2 de noviembre.
Recordó que incluso el primero de noviembre el cementerio permanece abierto toda la noche y hay diversas actividades para quienes acuden, como las ofrendas que colocarán planteles educativos de la ciudad.
Comentó que a los visitantes se les invita a que no usen sus floreros con agua, sino que utilicen tierra, para evitar los criaderos del mosco transmisor del dengue, zika y chikungunya.
Señaló que hasta las 20 horas del martes se cerrarán las puertas para dar por concluidas estas celebraciones de Todos Santos.
En el cementerio municipal, las familias comenzaron a adornar las tumbas de sus difuntos. Algunos las limpiaron, otros solicitaron el apoyo del personal para hacer algún arreglo.
Algunos de los sepulcros fueron engalanados con diversos tipos de flores, rosas, girasoles, nube, “moco de pavo”, sin olvidar el cempasúchilt en sus tonos naranja y amarillo.
Además de visitar y arreglar las tumbas de sus seres queridos, algunos aprovecharon para visitar La Piedra del Gigante, el monolito con imágenes dibujadas por habitantes de la zona en tiempos prehispánicos, así como algunos conocidos monumentos, como La Niña del Ángel.