Entre la vida y la muerte, víctimas de explosión de ducto en Poza Rica
Solo restos de ropa quemada, láminas dobladas y unos platos sobre la mesa quedaron en los alrededores donde ocurrió una explosión en instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la colonia La Barita.
El señor Servando falleció en el transcurso de la noche del martes 21 de julio a causa de las quemaduras que sufrió al ser impactado por la detonación. Su esposa Ana Gabriela, su hija menor Zoe Alejandra y otro familiar siguen hospitalizados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Hospital Regional de Poza Rica.
Presentan quemaduras de segundo y tercer grado.
A dos días de la explosión la casa construida con madera, palos y lonas está desolada; sobre los restos quedaron esparcidos pedazos de platos, vasos y utensilios de cocina alcanzados por el flamazo que salió de una de las tuberías de la estación receptora de condensados de Pemex.
En los árboles se observa la magnitud que alcanzó el fuego tras expandirse hacia la cocina de la familia que actualmente se debate entre la vida y la muerte.
Las láminas de la choza quedaron dobladas, unas lonas reventaron y pedazos de bolsas de plástico cuelgan de las paredes. Hay restos de madera y pastizal carbonizados sobre el suelo.
En los alrededores algunos vecinos observaban a los trabajadores petroleros inspeccionar las tuberías y el sitio donde se originó el estruendo el pasado lunes, aproximadamente a las 10 de la mañana.
Vecinos desmienten a Pemex
Los vecinos de la colonia La Barita desmintieron a las versiones de Pemex; negaron que la explosión fuera causada por quemar basura y robar combustible. Señalaron que estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) “novatos” fueron quienes realizaron mal las maniobras al desfogar una de las líneas de la estación.
Uno de los pobladores declaró que minutos antes del estallido ingresaron unos jóvenes del IPN, aparentemente sin la asesoría de los encargados de Pemex y abrieron una de las válvulas de desfogue, lo que provocó que el gas se disipara en los alrededores hasta llegar al fogón donde la familia preparaba sus alimentos.
Al momento del flamazo el señor Servando, su esposa y su hija, así como otro familiar y un amigo, se alistaban para sentarse a desayunar.
En el lugar los pobladores, que reconocen tener invadido la propiedad, aseguraron temer y vivir en la incertidumbre debido a que tras la explosión existen rumores de que usarán la fuerza pública para desalojarlos.
También lamentaron que ninguna autoridad les ha ofrecido apoyo para enfrentar esta situación. Insistieron en que invadieron el predio “por necesidad”, al no contar con espacios propios y dignos para sus seres queridos.
