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En la zona de El Tajín continúan los rituales espirituales para lo que será Cumbre Tajín 2025; se desarrolló la ceremonia de la Corona de espinas, como una petición que se caracteriza por marcar un espacio circular a fin de simbolizar lo que para las y los Totonacos es el mundo terrenal, cósmico y espiritual, explicaron los participantes.
También, durante la petición, se entregaron las ofrendas a la madre tierra, al agua, al abuelo fuego y aire. Se pudo observar que se unen en una misma invocación para el mundo clamando a los ancestros por toda la humanidad y su bienestar.
Entre cantos y rezos se encienden las velas, se coloca la ofrenda y se unen todos en un mismo canto colectivo. De esta forma se regenera la cultura Totonaca, se coloca el centro de un momento cultural único y se posiciona como el pueblo anfitrión que recibirá a miles de visitantes del 19 al 23 de marzo de 2025.
Ofrenda tras ofrenda, canto tras canto y alabanza tras alabanza fue enmarcando el camino espiritual que las y los totonacos han trazado de cara al próximo festival que se organizará por primera vez desde la comunidad totonaca a través del comité Takilhtsuhkut.
Acompañados de rezos, las y los ritualistas pidieron al abuelo aire, agua, fuego y a la abuela tierra; con una procesión; con una salve concluyeron esta actividad.
"Invocamos a las deidades y solicitamos la protección espiritual", indicaron durante una breve intervención las y los portadores que también son integrantes de la familia del Xtaxkgakget Makgkaxtlawaná.
"Mantenemos el equilibrio, se hacen las ofrendas pedimos por todas y por todos, por un buen regreso y un buen festival. Por los que están aquí y por los que ya se fueron", finalizaron.