La escasez de agua se ha vuelto una preocupación en la zona Veracruz-Boca del Río.
El crecimiento demográfico acelerado en la zona conurbada de Veracruz, Boca del Río y Medellín de Bravo ha contribuido significativamente a esta problemática. Con el aumento de la población, la demanda de agua se ha incrementado considerablemente, lo que ha llevado a la explotación de los recursos hídricos subterráneos.
La sobreexplotación afecta directamente a las lagunas, cuya fuente de agua se ve comprometida al ser alimentada por veneros que son afectados por esta extracción subterránea. Específicamente en la zona del Nuevo Veracruz, algunas lagunas muestran niveles muy bajos de agua o están cubiertas por vegetación, evidenciando la gravedad de la situación.
La disminución del caudal del río Jamapa, del cual se obtiene agua para la región, debido a la falta de lluvias, ha llevado a que nuevos desarrollos inmobiliarios recurran al agua subterránea, exacerbando la crisis hídrica en la zona y afectando aún más a las lagunas interdunarias.
Ante este panorama preocupante, Monteagudo Hernández enfatizó la necesidad urgente de implementar medidas para la preservación y recuperación de estas lagunas en peligro.
Se vislumbra cierta esperanza en la temporada de lluvias, ya que los vasos reguladores presentes en algunas zonas podrían contribuir a la recarga de estas lagunas.
Las precipitaciones pluviales no solo son vitales para la recuperación de los niveles de agua en las lagunas, sino que también ayudan a mitigar el impacto negativo del estiaje, al permitir la captación de agua.
Estas lagunas desempeñan un papel crucial en el ecosistema local, al ser refugio y hábitat para diversas especies de fauna, incluyendo aves migratorias, tortugas y peces.