¿Cuál es la lengua de Veracruz que está a punto de desaparecer?

Mientras la presidenta de la Mesa Directiva, Margarita Corro Mendoza (Morena), lanza un ultimátum a indígenas chinantecos de Veracruz, exigiéndoles que no hablen su lengua indígena y que se dirijan "de frente y en español", una lengua originaria en el estado enfrenta la amenaza de desaparición.

¿CUÁL ES LA LENGUA QUE ESTÁ A PUNTO DE DESAPARECER EN VERACRUZ?

Aunque el náhuatl es la lengua materna originaria más hablada en Veracruz, donde coexisten 14 culturas indígenas con sus respectivas lenguas, el mixe popoluca de Oluta se encuentra al borde de la extinción.

Únicamente una persona tiene fluidez en esta lengua, y aunque hay otros que la conocen, carecen de la misma destreza, siendo todos ellos de edad avanzada.

Contrariamente a la postura de la diputada Margarita Corro, la Academia Veracruzana de las Lenguas Indígenas está dedicada a preservar las 14 lenguas maternas en el estado. 

En Veracruz son 14 las culturas originarias que habitan en el estado, todas ellas con su lengua materna aún viva, de acuerdo con la Academia Veracruzana de las Lenguas Indígenas.

Son Ténec, Nahuatl, Hñähñü, Tepehua, Naku, Zoque populuca, Chinanteco, Masateco, Mixteco y tenemos Mije, Zoque y Tsotsil.

Mientras el náhuatl experimenta desplazamiento en algunas regiones, la atención se centra en rescatar y revitalizar lenguas en peligro, como el mixe popoluca de Oluta.

También la lengua tepehua, en su variante de Tlachichilco, que tiene menos de 500 hablantes y la mayoría son adultos.

También la variante lingüística Totonakú de Misantla, misma que se extendía hasta Xalapa y Coatepec. 

Son tres situaciones que se deben de tomar en cuenta para preservar las lenguas, pero la sociedad debe de interesarse. No aprenden las lenguas indígenas, los ciudadanos no se suman y les interesan otros idiomas extranjeros. 

Además, los hablantes de lenguas indígenas sufren discriminación, racismo o son insultados si no hablan en español como sucedió con la diputadaMargarita Corro Mendoza. 

De ahí que optan por dejar de comunicarse en sus lenguas de origen, obligando a sus hijos a imitarlos para que no sean discriminados.