No come carne de cerdo ni pollo de granja, solo de rancho; baila huapango y música tropical, no le duele nada, dice, y tampoco está enferma, porque cuando tiene algún problema, mejor sale a bailar, trotar, hacer ejercicio o cocina para olvidarse de los males.
Así es doña Eustaquia Hernández Valencia, quien a sus 86 años de edad, con 15 nietos y diez hijos, partió plaza en el domo municipal de Oluta y bailó junto a otras mujeres para disfrutar del festejo oficial del día del adulto mayor.
Doña Eustaquia Hernández fue coronada en las fiestas de San Juan Bautista, en junio pasado como reina del INAPAM, y este martes, en que se celebró el día del abuelo en el domo de esta villa, acudió con su corona y su banda, para que fuera reconocida como la reina de los abuelitos olutecos.
Más allá de que no ganó nada en la rifa de regalos que se hizo, doña Eustaquia disfrutó la fiesta bailando, más que la comida, dice.
Bailó en medio de varias mujeres que le hicieron “rueda” y la pasó muy feliz.
Ella vive en la colonia San Pablo, recibe la pensión para el bienestar de los adultos, pero cuando ya no le alcanza, vende mole, pozole, popo y tamales, pues es su pasión cocina.
Trabajó, relata al reportero, en varios restaurantes de la zona, principalmente en Sayula, asegura. Y ahora disfruta de su senectud pues “ya gocé la vida y sigo gozando haciendo ejercicio” afirma. Le gusta el huapango y por eso, acude a huapanguear cuando la invitan. Le encanta la música de jarana y su receta para estar lleva de vida y felicidad, es, asegura, “comer yerba” pura yerba, asegura, “No como carne de cerdo ni pollo de granja” agrega.
Aunque ya perdió a dos de sus diez hijos, además de su esposo hace una veintena de años; dice estar feliz con los descendientes que les queda, que son tres varones y cinco mujeres, además de 15 nietos.