Al menos 200 personas que viven en situación de pobreza extrema pudieron tener una cena de Navidad gracias a la Casa de la Misericordia y hasta disfrutaron de la rifa de algunos regalos.
A diferencia del año pasado, en que la pandemia del COVID-19 impidió que se celebrara un convivio, en esta ocasión se instalaron mesas para que las personas pudieran disfrutar de esta Noche Buena.
Esta labor se lleva a cabo a través de un grupo de voluntarios liderados por el sacerdote Román Elías Oficial Gil, quienes se encargan de brindar apoyo alimentario a las personas necesitadas que acuden diariamente a recibir una ración de comida.
A pesar de la pandemia, manteniendo las medidas preventivas la Casa de la Misericordia mantuvo esa ayuda a la población más necesitada, aunque el año pasado no se pudo realizar la cena de Navidad en sus instalaciones, sino que se les entregaron sus raciones a las personas para que se las llevaran.
A fin de mantener la sana distancia, en esta ocasión se colocaron mesas en el patio de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen y el lugar fue adornado para que fuera una gran noche para los asistentes.
La noche de viernes, las familias acudieron con sus hijos y disfrutaron de la convivencia navideña, en donde hasta se rifaron algunos obsequios, con lo que se logró dar un momento de felicidad a quienes asistieron.
El padre Oficial Gil señaló que esta actividad se pudo lograr gracias a los ciudadanos altruistas que colaboran con diversos donativos para esta Casa.