Burocracia de Profeco obstaculiza queja colectiva en Misantla

La gestión de quejas colectivas ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se ha revelado como un proceso arduo y lleno de obstáculos, según la experiencia de Alberto Martínez Carrión, un residente de Misantla, su intento de presentar una queja colectiva contra un proveedor de servicios, que opera bajo la red de Telmex, ha destacado las dificultades que enfrentan los consumidores en la búsqueda de justicia.

• Martínez Carrión, motivado por una serie de problemas recurrentes con el servicio de telecomunicaciones, decidió actuar en nombre de varios afectados, inicialmente, se informó de los requisitos necesarios para presentar una queja colectiva, Profeco le indicó que necesitaba reunir una serie de documentos y firmas de los afectados para proceder con la queja, a pesar de la complejidad y la resistencia de algunos miembros de la comunidad, Carrión perseveró, visitó personalmente las casas y negocios de los afectados para recolectar la documentación necesaria, incluyendo copias de identificaciones y firmas.

Una vez que reunió toda la documentación requerida, Carrión se dirigió a la oficina de Profeco en el puerto de Veracruz para presentar formalmente la queja, sin embargo, al llegar a la dependencia, se encontró con una nueva sorpresa: se le exigió una carta poder firmada por cada uno de los afectados o la presencia física de ellos en la oficina, este nuevo requerimiento complicó enormemente la situación, la dificultad de conseguir las cartas poder y la logística de hacer que todos los firmantes acudieran personalmente a Veracruz hicieron que el proceso pareciera casi imposible de completar.

• Martínez Carrión expresó su frustración y desilusión ante la burocracia y la aparente falta de consideración hacia los consumidores, "me costó mucho esfuerzo convencer a las personas para que entregaran su documentación, ahora, enfrentar la exigencia de una carta poder o la presencia física de cada uno de ellos se volvió una tarea monumental", comentó, a pesar de su esfuerzo y dedicación, se vio forzado a abandonar el proceso debido a la dificultad de cumplir con estos nuevos requisitos.

El caso de Martínez Carrión pone de relieve la necesidad urgente de reformas en el sistema de gestión de quejas, la experiencia sugiere que el sistema actual está diseñado de manera que los consumidores a menudo se enfrentan a obstáculos que dificultan la resolución efectiva de sus problemas, Carrión ha llamado a la comunidad de Misantla a unirse y organizarse para enfrentar estos desafíos de manera colectiva. 

"Es fundamental que nos unamos y pongamos más atención a estos problemas, necesitamos un sistema que realmente proteja los derechos de los consumidores y que facilite la presentación de quejas", agregó.

• Este episodio no solo refleja las dificultades individuales de un consumidor, sino también un problema estructural más amplio que afecta a muchos en la región, otros sectores, como bancos, tiendas departamentales y servicios de telecomunicaciones, también enfrentan críticas por problemas similares en el servicio al cliente, la experiencia de Martínez Carrión subraya la importancia de revisar y mejorar los procesos de queja para asegurar que sean justos y accesibles para todos.

La gestión de quejas colectivas es un proceso complejo que puede desalentarse por la burocracia y los requisitos estrictos, la historia de Alberto Martínez Carrión destaca la necesidad de reformas en el sistema y un llamado a la acción para mejorar la protección de los derechos de los consumidores, Misantla y otras comunidades deben considerar la organización y la unidad para enfrentar estos desafíos y asegurar un sistema más justo y equitativo para todos.