Tras escándalo y repetidas disculpas sin éxito por su desdén a la comida mexicana, Maryfer Centeno, autodenominada "experta en grafología", analizó la disculpa de Yahritza y Su Esencia y sus expresiones de supuesto orgullo por lo mexicano y sus raíces.
La música regional mexicana, arraigada en la cultura y las emociones, se ha convertido en un puente entre artistas y audiencias de todo el mundo.
En ese escenario, Yahritza y Su Esencia emergió como una destacada propuesta a nivel global.
Sin embargo, su camino hacia el reconocimiento no está exento de controversia.
El detonante de la polémica se remonta a declaraciones de los hermanos de Yahritza y Su Esencia, quienes expresaron públicamente su falta de conexión con México durante una visita.
El conflicto en torno a Yahritza y Su Esencia y sus disculpas ejemplifica cómo la era digital amplifica instantáneamente opiniones y emociones.
Sus palabras encendieron la mecha de una respuesta inmediata por parte de los mexicanos, que manifestaron su descontento en las redes sociales y otros espacios virtuales.
La tormenta digital se desató, y la agrupación se encontró en el ojo del huracán, aunque no precisamente por las razones deseadas.
Frente a la avalancha de críticas, Yahritza y Su Esencia optó por enfrentar la situación mediante un video de disculpas.
Sin embargo, la autenticidad de esas disculpas quedó en tela de juicio. Maryfer Centeno, autodenominada "experta en grafología", asumió el desafío de examinar los lenguajes corporales y las expresiones faciales de los hermanos durante su video de disculpa.
Centeno analizó detalles sutiles, pero reveladores en la postura y los gestos de los miembros de la agrupación durante su acto de contrición.
Sus conclusiones señalaron a una aparente ambivalencia en las disculpas, sugiriendo que iban más allá de una mera expresión de remordimiento. Hasta de miedo.
A través de su análisis de grafología, planteó la posibilidad de que esas disculpas fueran más tácticas que sinceras, impulsadas por la presión social y la necesidad de cumplir un protocolo público.
La observación de Centeno también destacó la discordancia aparente entre los gestos y las expresiones faciales de los hermanos durante el video.
Señaló que la cantante parecía contener emociones y palabras detrás de su lenguaje corporal y tono de voz.
Su análisis sugirió que la disculpa no solo se relacionaba con el comentario original, sino también con las emociones desencadenadas por la negativa reacción y las críticas del público.
La experta en grafología planteó que la falta de autenticidad en las disculpas podría derivarse de la necesidad de mantener una fachada emocional, una forma de autoprotección frente a la exposición mediática y la presión social.