¿Alguna vez has probado una sandía y pensado que un poco de Tajín le daría el toque perfecto? Pues no eres el único. Imagina, por un momento, a un niño en Jalisco, México, en los años 80, probando por primera vez esa mezcla única de chile, limón y sal que hoy todos conocemos como Tajín.
Esa pequeña explosión de sabores en su boca es la misma que ha conquistado paladares en más de 65 países.
El comienzo fue humilde: con una camioneta, Horacio recorría las calles de Zapopan, Jalisco, ofreciendo su producto de tienda en tienda. En poco tiempo, su sazonador ganó popularidad no solo en su ciudad, sino en todo México.
Para 1993, Tajín ya se había expandido al mercado de Estados Unidos, donde encontró una comunidad latina ansiosa por un sabor que les recordara a casa.
Lo que empezó como un producto local rápidamente se convirtió en un fenómeno global. En los años 2000, Industrias Tajín no solo mejoró su imagen y su botella, sino que también comenzó a exportar a países tan lejanos como Japón y Alemania.
Con presentaciones que van desde polvo y líquido hasta versiones reducidas en sodio y dulces, Tajín se adaptó a diferentes mercados y gustos, manteniendo siempre su esencia original. Actualmente, la marca es líder en su segmento tanto en México como en Estados Unidos, y su presencia global sigue creciendo.
Tiene dos plantas en Jalisco, una en el municipio de Tala y otra en Zapopan.
Tajín no solo se conformó con ser un sazonador de frutas. La empresa ha trabajado en alianza con otras compañías de la industria alimentaria para llevar su sabor único a una variedad de productos, como cacahuates y fruta deshidratada.
Esta estrategia de diversificación ha sido clave en su éxito, y recientemente, la marca volvió a ser el centro de atención cuando Costco comenzó a vender una sandía etiquetada como "Tajín".
Pero, ¿quién es la mente maestra detrás de Tajín? Horacio Fernández Castillo, un jalisciense de corazón, es el fundador de esta exitosa empresa.
Con una formación en ingeniería industrial y una especialización en alta dirección de empresas, Horacio no solo ha sido un empresario exitoso, sino también un político y filántropo.
A lo largo de su carrera, ha liderado más de 24 emprendimientos, pero ninguno tan icónico como Tajín.
Bajo su liderazgo, la empresa ha crecido de manera exponencial, incluyendo la reciente expansión de su planta en Tala, Jalisco.
Con una inversión de mil millones de pesos, esta planta no solo produce 2.4 millones de kilogramos de producto cada mes, sino que también genera mil empleos directos y 4 mil indirectos, impulsando la economía local.
Además, aquí se cultiva el chile yahualica, la materia prima que da vida al inconfundible sabor de Tajín.
Así que la próxima vez que agregues un poco de Tajín a tu fruta o a tu botana favorita, recuerda que estás disfrutando de más de 38 años de historia y tradición, todo gracias a un hombre que decidió embotellar el sabor de México y compartirlo con el mundo.