La elevada inflación en México, que erosiona el poder de compra de las familias, pese a su desaceleración preocupa a los hogares del país, pues planes como construcción o remodelación han desaparecido y compras de ropa o calzado, ya son considerados un lujo.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el índice complementario del Índice de Confianza del Consumidor (ICC) referente a los precios descendió en abril pasado.
La caída de este indicador sobre la expectativa del comportamiento de los precios en el país en los siguientes 12 meses, respecto al año previo, cayó 0.60 puntos respecto a marzo previo.
Esta disminución, además de registrarse tras dos meses con alzas, representó el peor resultado en los últimos nueve meses.
Lo anterior da la interpretación de que los hogares mexicanos prevén que la inflación continúe en niveles altos en este 2023, golpeando su bolsillo y reduciendo el poder de compra.
Según la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, de abril del 2023, la inflación general cerrará este año en 5.11 por ciento aún por arriba del rango objetivo de 2-4 por ciento del Banco de México (Banxico).
Aunque también para el 2024 se estima que la inflación finalice el año fuera de la meta del banco central, ya que se espera que se ubique en 4.06 por ciento.
Debido a que persisten los riesgos al alza para la inflación y a que se mantiene en un nivel elevado, se espera que Banco de México mantenga una postura restrictiva por un periodo de tiempo prolongado, sin recortes en el 2023 y en el primer trimestre del 2024
Igualmente se proyecta que el consumo perderá ritmo debido a que las remesas han perdido poder adquisitivo, ante una desaceleración en su crecimiento, la alta inflación y por la apreciación del peso mexicano.