En 2025, la cuesta de enero llega y ya no son los productos frescos del campo los principales culpables del golpe al bolsillo, sino las grandes empresas de alimentos procesados y un ajuste fiscal que afecta varios sectores.
A través de incrementos aparentemente pequeños, el costo de la vida se eleva sin que muchas personas lo noten de inmediato.
Por ejemplo, Grupo Bimbo incrementó el precio de algunos productos en un peso desde el 23 de diciembre. Este ajuste, aunque pequeño, tiene un impacto acumulativo en el bolsillo de los consumidores, especialmente en un periodo donde los recursos son limitados.
Desde el inicio de 2025, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) subió un 4.5 %, afectando productos como cigarros, refrescos y gasolinas. Adicionalmente, se implementaron nuevos gravámenes a cigarrillos electrónicos, y desaparecieron rebajas fiscales en alimentos y energía.
Estas medidas, junto con el incremento en las tarifas de telecomunicaciones, han contribuido a que el fenómeno de la cuesta de enero sea particularmente severo este año.
Según Martínez Cortés, aunque el aumento al salario mínimo (SMG) podría amortiguar temporalmente el impacto, los efectos de estos ajustes se sentirán con más fuerza conforme avance el mes.
El Pacic, que ayudó a contener la inflación en los últimos años, muestra sus últimos efectos. Este programa, que eliminó aranceles para insumos clave como maíz y trigo, permitió cierta estabilidad, pero 2024 fue su último año de beneficio.
Ahora, con el invierno en su apogeo, el mercado energético podría sumar más incertidumbre a las finanzas de las familias mexicanas.