La concentración de la clase alta en México está marcada por factores geográficos y socioeconómicos, revelando cómo ciertas entidades destacan en el acceso a mayores niveles de ingreso y bienestar. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), aunque la mayoría de los mexicanos pertenece a clases medias y bajas, la Ciudad de México, Nuevo León y Colima sobresalen como los estados con la mayor proporción de familias de clase alta. Este artículo explora la distribución de la clase alta en el país y sus características principales.
La estructura de clases en México está determinada por variables como ingresos, nivel educativo, ocupación y tipo de vivienda, factores que el INEGI usa para clasificar a la población en tres categorías principales: baja, media y alta.
La clase alta, que representa alrededor del 1.2% de la población, se divide en dos subcategorías: alta-baja, compuesta por personas que han alcanzado un alto poder adquisitivo recientemente, y alta-alta, familias que han acumulado riqueza a lo largo de generaciones.
De acuerdo con el estudio "Cuantificando la Clase Media en México 2020" del INEGI, la Ciudad de México, Nuevo León y Colima son los estados con el mayor porcentaje de hogares de clase alta. Esto se debe a sus economías activas, desarrollo de infraestructura y oportunidades laborales. En estas regiones, el porcentaje de hogares en la clase alta es de:
- Ciudad de México: 3.1%
- Nuevo León: 2.8%
- Colima: 2.65%
Además de estos tres estados, otras entidades como: Querétaro, Yucatán y Baja California Sur también destacan con una notable presencia de hogares de alto poder adquisitivo.
La clase alta en México tiene un ingreso promedio mensual de alrededor de 77,975 pesos, lo cual facilita un estilo de vida caracterizado por el acceso a bienes y servicios de lujo, mayores niveles de consumo en alimentos, bebidas, entretenimiento y un gasto significativo en tarjetas de crédito.
En cuanto a educación, las personas de clase alta suelen acumular 15.2 años de estudios, y se observan tasas de divorcio más altas (11.3%) en comparación con otras clases sociales. Asimismo, es común que al menos un integrante de la familia ocupe un puesto gerencial o en el gobierno.
En contraste, estados como Chiapas y Guerrero presentan mayores niveles de pobreza, donde una significativa parte de la población pertenece a la clase baja. En estas regiones, los ingresos mensuales son considerablemente menores, y los gastos se destinan en gran medida a necesidades básicas como educación y combustible.
La Ciudad de México, Nuevo León y Colima representan los principales focos de concentración de clase alta en el país, reflejando la disparidad socioeconómica que existe entre las diferentes regiones. Mientras que algunos estados ofrecen mayores oportunidades de movilidad económica, otros enfrentan retos significativos en cuanto a acceso a recursos y calidad de vida, profundizando la brecha económica en México.