Carlos Slim, conocido por su habilidad para transformar negocios en éxitos, incursionó en el sector minorista al adquirir Sears México en los años 90 como parte de Grupo Carso.
La visión estratégica detrás de esta operación buscaba aprovechar las sinergias con otras marcas de su conglomerado, como Sanborns, para consolidar su presencia en el comercio minorista. Sin embargo, esta apuesta ha enfrentado obstáculos a lo largo de los años.
Desde principios de los 2000, Sears México ha tenido que adaptarse a un mercado en constante cambio.
La llegada de competidores como Walmart y Amazon revolucionó el comercio minorista con precios competitivos y estrategias digitales que dejaron a Sears rezagada. Aunque Slim implementó esfuerzos para modernizar la cadena y expandirse en línea, los resultados no han sido suficientes para evitar el declive en ventas.
En 2018, Sears se declaró en bancarrota en Estados Unidos, lo que marcó el fin de una era para una de las marcas más icónicas del comercio estadounidense.
La bancarrota fue el resultado de estrategias fallidas, endeudamiento excesivo y la incapacidad de competir en el entorno digital. Aunque este colapso afectó principalmente a Estados Unidos, encendió alarmas en mercados internacionales, incluido México.
A pesar de las adversidades, Sears México sigue operando bajo el liderazgo de Grupo Sanborns.
Slim ha logrado mantener la relevancia de la marca en el país al adaptarla al entorno local. Sin embargo, el panorama sigue siendo complicado. La transformación del comercio minorista y la necesidad de digitalización podrían determinar el futuro de esta icónica cadena en territorio mexicano.
La última palabra sobre el destino de Sears en México aún está por escribirse.