La dependencia estatal, municipal y de organismos descentralizados, es evidente y notoria. Persiste el centralismo heredado y vigente respecto al ámbito federal. Muy poco se ha avanzado en la descentralización y fortalecimiento del presupuesto, que es sin duda, un determinante instrumento y tema prioritario para cualquier gobierno, que en verdad se disponga y comprometa a atender a vivir.
Incluso, hay que señalar que, en esta larga tradición centralista, se ha comprobado que, hay algunos aspectos que deben reconocerse y que merecen ser consolidados y mejorados, en el importantísimo aspecto de coordinación y de esfuerzo común, de todos los ámbitos de gobierno. Pues todos sin excepción, deben estar al servicio y atención de la población.
Para empezar, hay que atender y ajustar la temporalidad de los procesos, así como su efectividad. Debe mencionarse que en general se discute su elaboración y preparación; aunque no lo suficientemente en participación, actualización y previsión, para lograr una mayor y mejor efectividad; y mucho menos, se ha dado la importancia debida, a la evaluación sistemática y permanente; esto es, el conocimiento y consecuencias de lo realizado.
¿Por qué crece y crece el endeudamiento público? ¿En dónde está el seguimiento y control? ¿Qué hay de la transparencia, el acceso a la información y la rendición de cuentas? ¿Cuál es la vigencia y efectividad del presupuesto por resultados? ¿Qué hay de la costosa fiscalización, es indispensable? ¿Y en qué ha quedado la urgente e imprescindible Contraloría social?
Bien se sabe, que hay y no hay presupuesto, pues su aplicación, por costumbre se ha relajado, de acuerdo con el poder y decisión de quienes dicen gobernar. Nada raro que se aplique y ejerza, aún con temas pendientes, porque se logra una aprobación previa; incluso, que pase a ejercicio, sobre todo ante crisis financieras o económicas, y se “normalice”, para que después se hagan ajustes.
Ante este tipo de cambios y ajustes, de improvisaciones y ocurrencias. ¿Hay las explicaciones oportunas y pertinentes? ¿Qué de la difusión, transparencia y acceso a esta información? ¿Qué hacen las autoridades encargadas de vigilar y fiscalizar?
Así que no es raro, que, durante el año, se realicen ajustes en los ingresos y egresos aprobados. Y también se compruebe que algunos aspectos siguen en discusión y revisión. Lo más interesante es que ante esa realidad cambiante, con frecuencia y por costumbre, se sostienen los mismos objetivos y metas, los mismos medios e instrumentos.
Por el tamaño y la importancia de los recursos públicos, se debe siempre, comprobar y verificar cada caso, “ver su efectividad dijo un ciego”. Obligatorio informarse al respecto.
A estas alturas debe señalarse que se trata de hacer que se atiendan bien y a tiempo las actividades gubernamentales, empezando por el diseño, construcción, aplicación y evolución del presupuesto.
Prioridad que atender, sobre todo ante un contexto internacional complejo, y en ciertas formas inestable y adverso; contexto, que es preciso tener presente, porque muchos aspectos influyen y afectan; incluso, debe señalarse, que algunos están fuera del alcance y control nacional. Por eso, al exterior hay que prestar toda la atención, para mejorar el ámbito interno tanto en lo económico-financiero, como en el bienestar social.
Bajo esta perspectiva, es necesario poner la debida atención a las políticas públicas respectivas. Fortalecer y armonizar lo que se va a hacer para que el Paquete Económico del 2023, apuntale los objetivos y propósitos del Desarrollo y Bienestar nacional y regional. Esto es, exigir que se cumpla con la ley y con los compromisos adquiridos.
Revisar, actualizar y apuntalar, tanto lo administrativo como lo fiscal, sobre todo cuando se ha expresado que se dedicaran importantes acciones y cuantiosos recursos, al combate de pobreza, hambre e inseguridad; al mismo tiempo que se rescata y fortalece la actividad económica. Insistiéndose, que debe prevalecer la responsabilidad y manejo equilibrado del presupuesto, pues en principio no se debe gastar más de lo que ingresa; y sostener que no habrá más endeudamiento, ni aumentarán impuestos y, que en general, se va a erradicar la corrupción, para asegurar, incrementar y aprovechar recursos.
Destaca, que una de las cuestiones centrales es incrementar de forma significativa el gasto público, lo mismo en inversión en infraestructura física, que en gasto para el bienestar. Esto implica lograr una buena administración, para recortar, reasignar y disciplinar monto y uso del presupuesto.
Rediseñar, ajustar y atender, tanto monto y cobertura, como impactos y efectos del gasto corriente, para lograr en la austeridad y eficiencia gubernamental, una transformación que incluya, en verdad, a las mayorías.
Siempre oportuno tener presente, estos temas vitales del buen gobierno. No es posible, ni conveniente, ignorar o minimizar el tema del presupuesto. Recomendable, no desatender y abandonar derechos y libertades ciudadanas y de la sociedad. Preciso entender lo que se hace y dispone, en cuestión de patrimonio y finanzas públicas.
Sobre todo, para defender, sostener y mejorar lo que se haga bien. No todo está mal, cuestan mucho logros y aciertos. Obligado conocer y apoyar el buen trabajo.
Oportuna información, para más y mejor participación.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook: VeracruzHoydeRafaelAriasH