Hay una frase del Quijote de la Mancha donde su autor Miguel de Cervantes Saavedra hace referencia a la información engañosa que los subordinados le dan a los gobernantes, cuando les dicen lo que ellos desean escuchar, aunque los datos que les entregan no correspondan a la realidad:
“Te imaginas Sancho, si a los oídos de los gobernantes llegara la verdad desnuda y no vestida con los ropajes de la lisonja, otros tiempos correrían”.
Traigo a colación dicha frase cuando escucho los mensajes del Presidente de México relacionados con su último informe, donde anuncia sus logros. Pero si analizamos las cosas a fondo, él solo repite los datos que le entregan sus subordinados, aunque algunos correspondan a verdades a medias y otros a mentiras completas.
Aclaro que cualquier político podrá usar siempre un chaleco blindado que le salve la vida en caso de un atentado. Pero todavía no se ha inventado un chaleco que los proteja contra la adulación servil y la lisonja. Esta es la triste historia de México que se repite cada sexenio. Los presidentes salen del cargo sintiéndose los salvadores de la Patria con tanto elogio recibido y al día siguiente de entregar el poder, empieza su amargo despertar a la cruda realidad.
Dice orgulloso el presidente que construyó un ferrocarril de mil 500 kilómetros de longitud. Lo que no dice es que arrasó con la selva maya derribando cientos de miles de árboles, dañó el medio ambiente, contaminó los ríos subterráneos, compró trenes de segunda mano que con frecuencia se descomponen, los vagones van semivacíos y las pérdidas se acumulan día con día. Tampoco dice que el ferrocarril mencionado costó el triple de lo presupuestado y que simplemente resultó un negocio fallido porque las ocurrencias superaron a la planeación racional. Quienes no viajamos en ese tren deberemos subsidiarlo de por vida a través de nuestros impuestos. Algunos analistas dicen que, si bien nos va, tardará 300 años en pagarse lo que costó. A lo mejor exageran, pero si tardara 100 años en pagarse, aun así es un mundo de tiempo.
También presume que se remodelaron infinidad de hospitales y clínicas. Posiblemente sea cierto. Pero el número de hospitales y clínicas con carencias y escasez de medicinas es mucho mayor. Prueba de ello es que todo el mundo se queja del servicio y pésimas instalaciones que hay en el sector salud.
Luego dice que la gasolina no ha subido de precio. Se ve que hace mucho tiempo que no va a cargar combustible a una estación de servicio.
Habla de la tranquilidad que hay en el país. Tal vez no sepa que en esta semana hubo tremendos enfrentamientos en Culiacán con balaceras y quema de vehículos. Que numerosos indígenas chiapanecos han tenido que huir a Guatemala para no ser víctimas de los delincuentes.
Dice que la economía del país está muy bien, sin mencionar la enorme deuda que nos hereda su gobierno, misma que ahora deberemos pagar entre todos los mexicanos.
También habla de los programas sociales, señalando que son un acto de justicia. ¿No se habrá dado cuenta de que el repartir dinero sin ton ni son acabó con los recursos que otras administraciones ahorraron para atender catástrofes?
¿Ni que sacrificó la educación, la salud, la seguridad y la infraestructura del país para tener dinero que regalar y con eso ganar de calle las elecciones?
¿Tampoco sabrá que por recibir dinero gratis hay mucha gente que ya no quiere trabajar? ¿Para qué hacerlo si sumando las ayudas que reciben los miembros de una familia les alcanza para medio vivir y sin dar golpe?
Finalmente, aconsejado por quién sabe quién intenta demoler el Poder Judicial y se pelea con los Estados Unidos y con Canadá, mientras fortalece lazos de amistad con Cuba y Venezuela.
Dice también que CFE va muy bien. Genera el 55% de la electricidad que consumimos en México. Si le va tan bien, ¿por qué hay tantos apagones y por qué pierde dinero la empresa?
Respecto a PEMEX ya ni hablamos. La producción decae y su deuda aumenta.
Por si fuera poco, cada declaración imprudente que hace en la mañanera provoca el desplome de la bolsa de valores y la devaluación del peso.
Algunos de sus seguidores en cambio dicen que AMLO es el mejor presidente que hemos tenido y por ahí sale un adulador, al que por cierto premiaron con tremendo “hueso”, a decirnos que se debería poner el nombre del presidente con letras de oro en el muro de la Cámara de Diputados.
Tantas opiniones encontradas nos hacen recordar el verso que dice:
“En este mundo traidor,
nada es verdad ni es mentira,
todo es según el color,
del cristal con que se mira”.
Los grandes “huesos” hacen creer a algunos que vivimos en un mundo color de rosa y los aleja de la realidad.
A veces en México, la realidad supera la ficción y muchos compatriotas nuestros siguen en la luna, sin darse cuenta de lo que pasa realmente.
¿No les parece a Ustedes?