Don José Mujica: referente obligado

El mundo y la trascendencia de don José Mujica, un personaje universal que caminó las sendas de la política y el servicio público con un humanismo como el de las sandalias del pescador.

Don Pepe Mujica, anunció recién que el cáncer ha invadido su cuerpo y le queda poco tiempo de vida.

Pero, lo importante es que deja un legado para la humanidad de respeto por la vida, el derecho y el de los seres humanos, de quién levantó la voz para la defensa de los más los pobres y de los débiles.

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Desde los distintos escenarios del poder público en el Uruguay, como presidente o legislador sin usar palabras altisonantes, su voz se hizo escuchar en los distintos foros del orbe, siempre pidiendo por la paz del mundo, los pobres y el respeto del planeta.

Con un ejemplo de sobriedad y de sencillez, nunca utilizó el poder público para servirse, sino únicamente lo significó una herramienta de trabajo al servicio de los demás.

Su esposa y compañera Lucía Topolansky, y su mascota Manuela, una perrita de tres patas, han sido parte de su vida.

Guerrillero, político y agricultor, han sido sus actividades que han ocupado el tiempo de su vida.

Nunca tuvo hijos, quizás por el deseo de servir más convencido del querer a las personas como una gran familia.

José Mujica, pide espacio y tiempo para él y recibir a la muerte de forma estoica, cuando el partir al más allá es inevitable y no le importa el juicio de la historia, porque vivió para servir a los semejantes y a las causas comunes de la gente.

En esa tesitura, el licenciado Luis Fernando Ruz Avila, comenta de su señor padre don Emilio Ruz, que decía: el destino de la nación, hoy más que nunca reclama políticos comprometidos con la patria, honestos y con un alto sentido humanista.

Así ha sido la vida de don José Alberto Mujica Cordano. Montevideo: 20 de mayo de 1935. Ándale. Así las cosas.

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