Quienes conocen a Miguel Ángel Yunes Linares desde que se inició en la administración pública como subdirector de Patrimonio del Estado a principios del sexenio del exgobernador Rafael Hernández Ochoa (1974-1980), saben que el abogado oriundo de Soledad de Doblado siempre ha sido un hombre y político de doble moral pero muy hábil y marrullero para construir y preservar su falsa imagen de padre y esposo ejemplar, así como de funcionario incorruptible.
En los regímenes del PRI y PAN –partido del que ahora se niega a salir, pese a su evidente negociación de impunidad con Morena a cambio del voto 86 que él y su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, decidieron darle al oficialismo para que alcanzara la mayoría calificada que requería en el Senado para aprobar sus reformas constitucionales– ocupó diversos cargos administrativos y de elección popular no obstante las graves denuncias que se hicieron en su contra, desde vincularlo con empresarios y políticos pederastas hasta de enriquecimiento ilícito que nunca ha podido explicar.
Ayer, en cuanto la Comisión de Orden y Disciplina Intrapartidista del Partido Acción Nacional difundió la decisión unánime de expulsarlo del partido blanquiazul precisamente por el voto que él y su primogénito han dado en apoyo de todas las polémicas iniciativas de reforma de Morena en el Senado, Yunes Linares difundió su posicionamiento para reclamar que "sin notificarme nada, sin decir por qué", el dirigente nacional saliente Marko Cortés –a quien peyorativamente llamó "Markito"– "quiere expulsarme del PAN, organización a la que me afilié hace 20 años y por la que luché hasta lograr consolidarla como la fuerza política más importante de Veracruz y ganar el gobierno de esa entidad".
"Mientras millones trabajamos sin descanso por Acción Nacional, Markito se daba vuelo con sus candidaturas plurinominales como la que hoy lo llevó de nueva cuenta al Senado de la República.
"Unos luchábamos en las calles contra el régimen, mientras Markito luchaba en las oficinas para obtener concesiones de CONAGUA para regar sus ranchos aguacateros en Michoacán, amparándose siempre en sus cargos legislativos y sin importar el origen partidista del gobierno.
"Creo que las ´razones´ de este intento de expulsión son haber defendido desde la tribuna del Senado a mi hijo Miguel, agredido cobardemente por Markito mientras se encontraba ausente. Lo haré cada vez que sea necesario: antes que político soy padre.
"La otra es haber aparecido en los medios en una conferencia de prensa estando al lado de dos legisladores de Morena.
"No me preocupa en lo más mínimo ¡Me preocuparía salir en una foto con Markito! ¡Qué vergüenza! ¡Retratarme junto al enterrador del PAN! ¡Nunca!
"¡Qué bueno que ya se va Markito de la dirigencia del PAN! Al ritmo que lleva la salida de panistas un rato más y no habría quien cerrara la puerta.
"¡Nos vemos en los tribunales, pequeño; te daré una lección más de dignidad y talento!", presumió fanfarronamente.
Pero Yunes soslayó que, gracias a "Markito", él y su hijo mayor fueron postulados al Senado mientras que su otro vástago, Fernando, exalcalde porteño, fue blindado con la diputación local plurinominal, lo que generó un voto de rechazo para el candidato a gobernador de la alianza PRI-PAN-PRD, Pepe Yunes Zorrilla, sin tener parentesco con ellos.
No es la primera traición de Yunes. Antes lo hizo con Elba Esther Gordillo, Roberto Madrazo y hasta con su extinto compadre, el exdirector del IPE, José Luis Lobato Campos.