Luego del receso que tomó Zenyazen Escobar en la SEV para buscar el liderazgo de la coordinación de la Cuarta Transformación en la entidad, los demonios se soltaron en esa dependencia. Uno de los más molestos es Jorge Miguel Uscanga Villalba, subsecretario de Educación Media, Superior y Superior, quien buscó quedar de interino pero fue desplazado por Víctor Emmanuel Vargas Barrientos.
Maestro en el arte de la victimización –“Señor gobernador, me están ‘grillando’ porque estoy trabajando”, “Señor gobernador, nos quieren dividir”, suele decirle al mandatario Cuitláhuac García–, Uscanga Villalba, desde que asumió la Subsecretaría, buscó tener la cercanía y el control con todos los sindicatos ligados a la dependencia y, a través de una de sus más cercanas operadoras, Claudia Hernández González, tejió una red de complicidades intentando incluso rebasar al propio Zenyazen.
Aunque en el plano administrativo hay mucha tela de dónde cortar y en el de los jugosos negocios también –como el caso de una empresa que montaron para dar cursos de titulación en todos los tecnológicos de la entidad veracruzana–, lo más grave, dada la coyuntura política que está viviendo el estado, es su deslealtad al proyecto de continuidad gubernamental del presidente López Obrador y del gobernador García Jiménez.
Hace algunos meses, cuando el proyecto sucesorio se estaba definiendo, Jorge Miguel se acercó al diputado federal Sergio Gutiérrez Luna para venderle discretos encuentros con líderes sindicales del magisterio. Pero no sólo eso, a través de Carlos García Méndez, rector de la Universidad de Xalapa –con quien colaboró en el gobierno de Fidel Herrera Beltrán en la Secretaría de Desarrollo Económico–, el funcionario de la SEV promovió un encuentro con el aspirante non grato al gobierno cuitlahuista y ahí, en la Sala de Juntas de la UX, Gutiérrez Luna le ofreció la SEV a Uscanga Villalba a través del propio García Méndez, dando por hecho que Adán Augusto López sería presidente y Gutiérrez Luna, gobernador.
Sin embargo, las cosas evolucionaron y las aspiraciones de otros precandidatos se fortalecieron. El llamado “grupo político” de Uscanga Villalba se alejó aparentemente del diputado oriundo de Minatitlán y se acercó al equipo de la exsecretaria de Energía, Rocío Nahle, convencidos de que es un error estar fuera del presupuesto. Suponen que, así como sorprendieron al actual mandatario veracruzano, podrán sorprender también al nuevo equipo que busca gobernar la entidad.
Ahora, según nos reportan fuentes internas, ha tratado de infiltrar a sus cercanos en todos los subsistemas en una operación que han llamado “Máximo Control”. Se trata de tener el control total, lo mismo en la Dirección General de Bachillerato que en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Veracruz, la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, en la Dirección General de Estudios Universitarios, en la Dirección de Educación Tecnológica, en la Dirección de Educación Normal, Educación Indígena, entra otras. Ni un cabo suelto, todo para concretar el proyecto de un solo personaje.
¿Permitirá el gobernador este proyecto de Caballo de Troya en la recta final de su mandato? Ya veremos.