Con el fin de ganarse el sustento diario para el y su familia, Osmar, de origen hondureño, lleva más de un mes vendiendo chicles en el transporte público de Coatzacoalcos
El, es uno de los miles extranjeros que transitan a diario por esta ciudad, sufriendo las inclemencias del tiempo, hambre y sed, cruzando por esté país en busca del ansiado sueño americano.
Caminan por lugares inhóspitos, con el peligro de ser asaltados, golpeados, secuestrados e incluso las mujeres de ser abusadas sexualmente, en un trayecto de tensión, principalmente en los estados de Chiapas y Tabasco.
"Durante nuestro paso por Chiapas aproximadamente a las 2 de la madrugada, hombres armados subieron a la bestia, nos despojaron de nuestras pertenencias, y golpearon a los 'panas' que se resistían entregar lo poco que llevaban", testificó.
"Algunas de las mujeres fueron bajadas y violadas por estas gentes, fue frustrante para los varones que íbamos en el tren, quienes, de haber intervenido, seguro no lo estaríamos contando", abundó
Osmar ha empezado con este sencillo emprendimiento, sin embargo, no deja de buscar donde trabajar de una manera más segura, ya sea de pintor, albañil o jardinero.
El ‘catracho’, busca quedarse seis meses más en México, con el fin de que una vez concluido esté tiempo le sea otorgado el permiso para radicar como refugiado, y no arriesgarse más en busca del ansiado billete verde.