A partir de éste sábado, el mar arrojó “chapopote cristalizado” en la playa Las Palmitas, luego que una empresa subcontratada por Pemex, inició con los trabajos de exploración a siete kilómetros de la costa.
Restauranteros explicaron que en las últimas 48 horas se intensificó las maniobras de la ex paraestatal petrolera en busca de yacimientos petroleros en aguas profundas, debido que se han visto hasta cuatro embarcaciones de gran calado, propiedad de la empresa Marinsa de México, S.A. de C.V.
Detallaron que el trabajo es intenso, debido que laboran en la zona durante las 24 horas, siendo por la noche cuando se escucha el sonido de motores e incluso hasta “detonaciones”.
El posible uso de algún explosivo, provoca que las chapopoteras naturales permitan la fuga de ese material, el cual llega a la playa, mezclándose entre las conchas y la arena.
El petróleo en forma de piedra encontrado en la arena, son de diferentes tamaños, pero la mayoría oscilan de entre cinco a quince centímetros de diámetro, es de material sólido, pero fácilmente puede romperse y presenta un intenso olor a petróleo.
A pesar que la contaminación preocupa a los restauranteros, debido que podría provocar el descenso en el número de turistas, hasta el momento los bañistas restan importancia al caso, debido que siguen introduciendo al mar, a pesar de los trabajos y lo estruendoso de los motores.
Incluso, los padres con sus hijos menores de edad, juegan con las conchas revueltas con el chapo, por lo que muchos terminan con las manos manchadas de un líquido que identifican como aceite.
Los pobladores de la playa, aseguraron que no interpondrán ninguna queja ante las autoridades ambientalistas, debido que esos procedimientos son tardados y la resolución muy pocas veces son a favor de los afectados.
RECONSTRUYEN PALAPAS
Restauranteros del área de “Las Palmitas”, construyen el techado de sus locales con palmas de coco o guano, para atender a los bañistas que para este año, se calcula que superen las seis mil personas tan solo en esta zona turística.
Doña Ramona García, espera que en éste 2018 sus ventas se incrementen, debido que el año pasado, apenas pudieron conseguir el monto de la inversión.
Dijo que para tener una idea, la construcción de su palapa de 15 por 20 metros, en la cual atenderá a sus clientes, le costó casi 27 mil pesos, debido que los postes de coco son nuevos al igual que las palmeras.
Detalló que una palmera de coco tiene un costo de dos pesos, mientras que la de guano, que son más largas, su precio es de seis pesos.
La entrevistada, estimó que hasta el momento, se han construido el 70 por ciento de las palapas, por lo que se trabaja a marchas forzadas para tenerlas listas a mediados del mes.