Es un tema tan controversial como interesante. La acupuntura (parte de la medicina tradicional china) ha servido en los últimos años a unos diez millones de mexicanos para aliviar ciertos padecimientos, según el Instituto Politécnico Nacional. La acupuntura ya es reconocida como fuente de curación por la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien aceptó el favorable resultado en 64 enfermedades, siendo las más comunes los dolores de cabeza, la artritis, la ansiedad, el reumatismo y el estrés, el insomnio, entre otros.
Punto por punto
Los puntos o meridianos energéticos de la acupuntura se clasifican en tres: los 14 canales, los extraordinarios y los ashi o puntos sensibles. Los primeros son 670 lugares distribuidos simétricamente en el cuerpo; los segundos son los más frecuentes, su influencia es en la zona donde se aplican, mientras que los ashi aparecen cuando alguna enfermedad ataca al cuerpo, por lo tanto, no tienen localización precisa. A través de todos ellos se distribuye tu energía vital o chi por todo el organismo.
Cada punto tiene una aplicación específica basada en tres principios: reequilibrar, estimular o sedar el flujo vital. La función de cada meridiano abarca no sólo lo fisiológico, sino también lo emocional.
Por ejemplo, el corazón controla el flujo y el ritmo sanguíneo, pero además regula el pensamiento, el sueño, la alegría y la tristeza.
La base de esta terapia, es que el sistema energético es como una red de vasos comunicantes y la energía es como el agua que se mueve. Cuando uno está enfermo es porque el líquido vital está estancado en algún lado.
¿Sabías que…?
Los puntos de la acupuntura no siguen los mismos patrones del sistema nervioso. Un dolor de cabeza, por ejemplo, se puede remediar con agujas en la sien o la frente, pero también con una en el talón.
El acupuntor debe ostentar un título de médico general o médico cirujano.
En México existen alrededor de 3,500 especialistas.
Se emplean agujas muy finas y desechables. Las hay de plata, oro, cobre o de acero inoxidable.
La acupuntura es integral, además del tratamiento, cada quien debe cambiar ciertos patrones o hábitos de vida, de ahí se parte.