Por pirotecnia, 70% más de mascotas perdidas en Navidad

Las festividades de fin de año, un tiempo de celebración para muchos, se han convertido en una pesadilla para perros y gatos, cuyos sistemas auditivos extremadamente sensibles hacen que los ruidos de la pirotecnia sean aterradores. 

Los reportes de animales extraviados durante las fiestas navideñas han aumentado hasta en un 70%, y las estadísticas revelan un creciente problema que afecta tanto a los animales como a sus dueños.

Esmeralda Cerda Pizano, presidenta de la organización Generando Hogares de Amor para Animales Desprotegidos (GHAPAD), expuso que en Navidad de 2023 recibieron más de 170 reportes de perros extraviados, 40 de gatos desaparecidos y 15 muertes por infartos causados por el pánico generado por los fuegos artificiales.

Los perros y gatos poseen una capacidad auditiva mucho más aguda que los seres humanos, siendo capaces de percibir frecuencias de hasta 85 kHz, en comparación con los 20 kHz que los humanos pueden escuchar. 

La sensibilidad auditiva los convierte en víctimas indefensas ante el estruendo de la pirotecnia, lo que lleva a muchos de ellos a huir desesperadamente para escapar de lo que perciben como una amenaza inminente.

Además de las mascotas, la pirotecnia afecta gravemente a otros sectores vulnerables de la población, como niños con síndrome de Down, personas mayores y enfermos, quienes también sufren con la intensidad de los ruidos.

CÓMO PROTEGER A TUS ANIMALES DURANTE LAS FIESTAS

Para mitigar los riesgos durante estas celebraciones, los expertos sugieren tomar medidas preventivas que puedan reducir el estrés y el miedo de los animales. 

1. Es fundamental mantener a los perros y gatos en un lugar seguro, cerrado y alejado de la fuente de ruido. 
2. Proveerles de agua, comida y un entorno tranquilo es esencial para su bienestar. 
3. Además, es recomendable consultar a un veterinario, quien puede recomendar medicamentos que ayuden a calmar a las mascotas en estos momentos de pánico.
4. Si es posible, evita dejar a los animales solos en las horas en las que el ruido de los fuegos artificiales alcanza su punto máximo, especialmente en Nochebuena y Año Nuevo.