En el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, que se conmemoró este 28 de julio, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Norte comparte información relevante sobre esta enfermedad y los factores de riesgo.
Las hepatitis virales representan una elevada carga de enfermedad y de mortalidad a nivel mundial. Se estima que más del 55 por ciento de los casos de cirrosis hepática y en más del 75 por ciento de los casos de cáncer primario de hígado son causados por los virus de las hepatitis B o C.
La coordinadora auxiliar médica de Investigación en Salud del IMSS en Veracruz Norte, doctora Claudia Elsa Pérez Ruiz, comentó: ‘‘hepatitis es el nombre con el cual se conoce a la inflamación del hígado, que puede ocasionar un daño grave en el funcionamiento de este órgano.”
Las hepatitis pueden presentarse como una infección aguda a corto plazo o una infección crónica a largo plazo.
Las hepatitis se dividen en diferentes tipos: la A y E se transmiten a través de la ingesta de alimentos o agua contaminados, la B, C y D se transmiten a través del contacto con la sangre o fluidos de personas enfermas, como es el compartir agujas o jeringas contaminada, procedimientos con instrumental contaminado, por contacto sexual sin protección y por transmisión de madre a hijo.
La hepatitis alcohólica, como su nombre lo refiere tiene que ver con el consumo excesivo de alcohol, lo que provoca un daño en el hígado.
La hepatitis crónica puede complicarse a cirrosis (cicatrización del hígado), insuficiencia hepática y cáncer de hígado.
“Los principales síntomas de la inflamación crónica del hígado son fatiga, pérdida del apetito y debilidad, náuseas y vómito, inflamación en el abdomen, piernas y tobillos, color amarillento en la piel y los ojos, orina de color oscuro y color pálido de las heces”, comentó Pérez Ruíz.
Al presentar estos datos clínicos, es importante acudir a la Unidad de Medicina Familiar que le corresponde, agregó.
El coordinador auxiliar de Salud Pública, doctor José Artemio Cruz López, explicó que se puede realizar la Detección del Virus de Hepatitis C mediante una “Prueba Rápida Voluntaria (PRV VHC)”.
Esta prueba funciona mediante la detección de anticuerpos. De resultar reactiva, es necesaria la confirmación de una infección activa actual a través de una prueba de Carga Viral que detecta y mide el ARN (ácido ribonucleico) del virus, con el fin de establecer el diagnóstico y la necesidad de tratamiento.
La prevención de esta enfermedad dependerá del tipo de hepatitis, sin embargo, se recomienda, en general, evitar el consumo de alcohol que pudiera poner en riesgo la salud de la persona.