En México, el acceso al agua enfrenta una creciente preocupación ante el aumento poblacional, la desigualdad en la distribución, las limitaciones en la infraestructura hidráulica y las variaciones climáticas, según el artículo El clima cambiante y los consumos domésticos de agua en ciudades de México, publicado.
El estudio, liderado por Víctor Orlando Magaña Rueda, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, junto con Carlos Joel Ábrego Góngora de la Universidad Autónoma de Nuevo León y Baldemar Méndez Antonio de la Comisión del Agua del Estado de México, detalla cómo el clima impacta directamente en el consumo doméstico de agua, que aumenta hasta un 15% en temporadas cálidas.
Según Magaña Rueda, el calentamiento global incrementa la demanda de agua en las ciudades mexicanas, especialmente durante los periodos más cálidos previos a la temporada de lluvias.
El aumento no solo obedece a un mayor consumo personal, sino a limitaciones del sistema hídrico para abastecer a una población en constante crecimiento.
Además, el fenómeno de las islas de calor urbanas, caracterizado por temperaturas más altas en áreas densamente pobladas, podría agravar aún más esta situación.
Sin embargo, el estudio también revela que el consumo per cápita de agua en grandes ciudades ha disminuido en las últimas décadas, debido principalmente a que la oferta no ha crecido al ritmo de la demanda.
Para enfrentar estos desafíos, el país necesita una mejor gestión hídrica, especialmente en el sector agrícola, que representa el mayor consumo de agua.
Magaña Rueda expuso la urgencia de promover una cultura del agua entre los ciudadanos, incentivando el uso de tecnologías domésticas como regaderas ahorradoras y sistemas eficientes en inodoros y lavabos para reducir el desperdicio.
La planificación adecuada y el uso de información climática deben ser pilares de las estrategias urbanas para garantizar el abastecimiento.