Xalapa | 2025-03-03
El director de la Policía Municipal de Teocelo, Taurino Enrique Landa Luna, presentó su renuncia, señalando "la creciente presión por parte del alcalde y la síndica municipal".
Lo que parecía ser una decisión administrativa, ha destapado una serie de presuntas amenazas, secretos y presiones que pondrían en evidencia la supuesta complicada y peligrosa situación de seguridad en el municipio.
Según fuentes cercanas a la investigación, Landa Luna decidió renunciar tras ser "constantemente presionado" por el presidente municipal, Isaac Alberto Anell Reyes, y la síndica Daniela Villegas Olmos.
Su error, aparentemente, fue no alertarles sobre los operativos de cateo realizados por la Fiscalía y las Fuerzas Federales en contra del narcomenudeo que operaba en la zona.
Estos operativos, que han desmantelado varias redes de tráfico de drogas, parecían estar poniendo en peligro a los actores clave de la política local, algo que el exdirector de la policía se negó a seguir facilitando.
La renuncia, que en un principio parece ser una medida para preservar su integridad porque teme por su vida, revela un panorama más oscuro.
Landa Luna no solo habría sido presionado por no compartir información sobre los operativos, sino que también fue amenazado por negarse a colaborar con un supuesto grupo de narcotraficantes que operan en la región.
El contacto clave en esta red, según fuentes internas, sería Oliverio Alarcón Sánchez, en complicidad con la sindica Villegas Olmos.
La funcionaria habría propuesto al exdirector colaborar en el transporte y tráfico de narcóticos sin la debida autorización de la Ley General de Salud, a cambio de apoyo a ciertos candidatos en las próximas elecciones.
El caso de Landa Luna no es solo un problema local. La situación ha escalado hasta convertirse en un tema de seguridad estatal. En los próximos días, se espera que el exdirector sea recibido por la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, para exponerle esta delicada situación.
La noticia ha dejado claro que Teocelo no es solo un municipio afectado por el crimen, sino un lugar donde las estructuras de poder, tanto políticas como delictivas, parecen estar más entrelazadas de lo que se podría imaginar.
Lo que parecía un conflicto de seguridad local se está convirtiendo rápidamente en un escenario donde las líneas entre el poder político, el narcotráfico y las instituciones de seguridad son cada vez más difusas.
La renuncia de Landa Luna podría ser solo la punta del iceberg de una red mucho más compleja que aún se encuentra en las sombras, a la espera de ser desmantelada.