Ciudad de México | 2025-03-06
La Fiscalía de Sinaloa brindó detalles de los 6 veracruzanos que ya fueron identificados en el servicio forense. Algunos de los restos fueron hallados desde hace siete años, en 2018.
Tras darse a conocer el listado de veracruzanos fallecidos, los parientes de los occisos salieron a las calles, protestando por ayuda para viajar al estado sinaloense, con tal de trasladar a sus seres queridos a territorio veracruzano y darles sepultura.
Las familias de Ramón Cano y José de Jesús Zetina fueron los que se expresaron por medio de las redes sociales, buscando desesperadamente la forma de reunir los recursos económicos para emprender el viaje al estado de Sinaloa.
Los familiares de ambos difuntos quedaron conmovidos por sus defunciones, puesto que afirmaron no haberlos visto en mucho tiempo. José de Jesús Zetina Ruiz desapareció en 2019, y su familia en el sur de Veracruz lo buscó sin descanso.
Nadie les dio respuestas. Nadie les ayudó. Durante seis largos años, la familia de José vivió entre la incertidumbre y la impotencia. Nadie sabía nada. Nadie decía nada. Y luego llegó la noticia desde Sinaloa: su cuerpo estaba ahí, esperando a ser reclamado.
María Eugenia, su hermana, no lo podía creer. El cuerpo de su hermano, ese que había estado desaparecido durante todo este tiempo, estaba en el Servicio Médico Forense de Sinaloa, estado que libra cruenta guerra criminal entre las facciones de El Mayo Zambada y Los Chapitos, del Cártel de Sinaloa.
El cuerpo de José de Jesús fue encontrado en el tramo Mazatlán-Culiacán, un destino tan lejano de su pequeña casa en Coatzacoalcos.
Pero en lugar de alivio, lo que llegó fue otro dolor aún más grande: la imposibilidad de repatriar su cuerpo. La burocracia, la falta de recursos, la distancia.
"Me piden que viaje yo misma a Sinaloa, pero no tengo dinero", cuenta María Eugenia, con una voz quebrada.
La familia no tiene lo necesario para viajar, y el dinero para los trámites parece una utopía. No solo eso. La madre de José de Jesús, en un estado de salud crítico tras un infarto, aún no sabe que su hijo está muerto.
Ella, que todavía aguarda la llegada de su hijo, no puede ser informada. María Eugenia se enfrenta a una doble tragedia: perder a su hermano y ver cómo su madre enfrenta la incertidumbre de su vida.
El caso de José de Jesús es solo uno más en la larga lista de cuerpos no reclamados. Según la Fiscalía General de Sinaloa, al menos seis veracruzanos han sido identificados y están esperando ser repatriados.
Algunos de ellos llevan más de siete años allí. Muertos, olvidados, esperando una llamada que nunca llega. La misma llamada que ahora espera María Eugenia para dar el último adiós a su hermano. Pero el sistema no les responde. Y el tiempo sigue pasando.
"Solo quiero que me lo dejen enterrar", la última súplica.