Ciudad de México | 2025-01-11
El regreso de miles de paisanos a México desde Estados Unidos, se vio drásticamente reducido esta temporada debido a una combinación de violencia, precariedad en las carreteras y el temor a las posibles políticas migratorias del presidente electo Donald Trump.
Estas circunstancias han impactado tanto a las familias migrantes como a las economías locales en la región fronteriza.
La inseguridad en Sinaloa, particularmente en Culiacán, se ha convertido en un factor determinante para que muchos connacionales eviten las rutas tradicionales.
La carretera federal México 15, que conecta Nogales con el centro del país, es una de las principales vías de tránsito, pero su paso por zonas controladas por el crimen organizado llevó a que muchos optaran por volar en avión o incluso posponer su visita.
Otra opción, la carretera que conecta Sonora desde Douglas hacia Agua Prieta, no representó una mejor alternativa.
Su deterioro extremo, con tramos prácticamente intransitables, ha aumentado los riesgos de accidentes fatales.
A estas circunstancias se suma el problema de la corrupción. Paisanos denunciaron constantes extorsiones por parte de autoridades locales, desde agentes fiscales hasta policías municipales, quienes aprovechan cualquier pretexto para exigir sobornos a los viajeros, incluso cuando estos no han cometido ninguna infracción.
Luis Rey Grimaldo, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Nogales, explicó que las ventas relacionadas con el flujo de paisanos cayeron entre un 30% y un 40% en comparación con otros años.
Los sectores más afectados incluyen hospedaje, alimentación y combustibles.
El próximo 20 de enero, Donald Trump asumirá la presidencia de Estados Unidos, y su posible endurecimiento de las políticas migratorias ha generado temor en los connacionales.
Además, los riesgos asociados al crimen organizado y la falta de seguridad en las carreteras del norte y noroeste de México han llevado a que los viajeros que sí se aventuraron lo hicieran en caravanas para protegerse mutuamente.
La combinación de estos factores no solo impactó la movilidad de las familias migrantes, sino también la economía regional, que depende de manera significativa del flujo de paisanos.