Ciudad de México | 2024-12-25
En un esfuerzo histórico para proteger el medio ambiente y la soberanía alimentaria, la Cámara de Diputados de México está a punto de aprobar una reforma constitucional que prohíbe la práctica del fracking, la siembra de maíz transgénico, la minería a cielo abierto y las concesiones de agua en zonas con baja disponibilidad.
La reforma, que marca un cambio significativo en la política ambiental del país, busca preservar los recursos naturales y la biodiversidad y representa un avance significativo hacia un modelo de desarrollo más sostenible y equitativo. Al priorizar la protección del medio ambiente y la soberanía alimentaria, México establece un precedente en la lucha contra las prácticas que amenazan su biodiversidad y sus recursos naturales.
El dictamen establece que el maíz, considerado un símbolo de la cultura e identidad mexicana, debe cultivarse libre de modificaciones genéticas.
Además, prohíbe la entrada de maíz genéticamente modificado al país, salvo en su modalidad de maíz quebrado, lo que asegura que no tenga capacidad de germinación.
La medida estará sujeta a estrictas evaluaciones de riesgo que consideren factores como la salud, la biodiversidad, las prácticas agrícolas y los patrones de consumo.
Según el dictamen, el Estado tiene la responsabilidad de fomentar la actividad agropecuaria y forestal para garantizar el uso óptimo de la tierra, promoviendo la preservación de las semillas nativas y asegurando la trazabilidad de las medidas relacionadas con la inocuidad del maíz.
En cuanto al fracking y la minería a cielo abierto, la reforma establece su prohibición general, aunque podrán autorizarse de forma excepcional cuando el Ejecutivo Federal determine que son esenciales para el desarrollo nacional.
La propuesta responde a la creciente preocupación por los daños ambientales y sociales que estas actividades generan, así como al compromiso del país con la sostenibilidad.
El acceso al agua para consumo personal y doméstico también recibe un enfoque prioritario en esta reforma.
Se garantizará que este recurso sea suficiente, salubre y asequible para toda la población, situándolo por encima de cualquier otro uso.
La disposición busca atender una de las demandas más urgentes en un país donde muchas comunidades enfrentan problemas de acceso al agua potable.
Aunque la reforma ha sido bien recibida por ambientalistas y comunidades rurales, también ha generado tensiones ante el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que cuestionó las medidas mexicanas sobre el maíz transgénico. Sin embargo, el gobierno de México, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, reafirmó su compromiso de proteger la biodiversidad y los recursos nacionales.
Sheinbaum anunció que en febrero de 2025 el Congreso consolidará esta legislación, reiterando que "Sin maíz, no hay país".