Xalapa | 2024-10-23
Miles de trabajadores en México siguen con la esperanza de que haya una resolución próximamente en torno a la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que reduciría la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas, lo que se traduciría en dos días de descanso obligatorios a la semana contra uno que se da actualmente.
El pendiente lleva meses en discusión, y aunque no se ve cercana una fecha en la que esta iniciativa pueda ser aprobada, bastante se ha dicho recientemente sobre que, aunque parezca un sueño para los trabajadores, podría traer más desventajas en las condiciones laborales.
El mayor doble filo en la práctica de esta propuesta, de acuerdo con la especialista Beatriz Robles, directora de Operaciones de Manpower, radicaría en el tema de la productividad.
Verás, sería de esperarse que la mayoría de las empresas, al saber que operarán por menos tiempo, no estarían dispuestas a rezagar su producción, por las pérdidas que esto podría significar de repente, así que a los trabajadores se le exigiría un mayor esfuerzo y resultados en menos tiempo.
Básicamente, la carga laboral de seis días tendría que continuar alcanzándose, pero en cinco, así que esta "compensación" se traduciría en sobrecarga de trabajo, mayores tareas asignadas, evaluaciones y resultados más estrictos y menores periodos de descanso durante la jornada laboral.
Incluso si los trabajadores no tuvieran que pagar la reducción de la jornada con mayor trabajo en menos tiempo, la única alternativa para las empresas sería contratar un mayor número de personal para solventar las tareas que no se cumplan.
Aunque la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, prometió que la aprobación de esta reforma sería uno de los compromisos de su sexenio, antes sería necesario estudiarla muy a fondo para identificar y resolver todos los detalles que implique para las empresas y los trabajadores.