Ciudad de México | 2023-06-04
El exgobernador Arturo Montiel ha enfrentado en el pasado acusaciones por enriquecimiento ilícito, se le ha señalado de tener propiedades millonarias, pero gracias al respaldo del priismo ha salido librado. Este domingo, el exmandatario llamó a votar acompañado de su esposa, quien vestía un conjunto de miles de pesos.
Ciudad de México, 4 de junio (SinEmbargo).– "Este es el día en el que debemos ejercer nuestro derecho al voto". Así llamó el exgobernador mexiquense, Arturo Montiel Rojas, contra quien en su momento pesaron señalamientos por presunto enriquecimiento ilícito, a participar en la jornada electoral del Estado de México, uno de los únicos bastiones que le quedan al PRI, su partido.
En la grabación que ha circulado en redes sociales —de escasos nueve segundos— Montiel Rojas está acompañado de su esposa Karla Cortés Treviño, quien luce un cinturón café marca Burberry de 13 mil 990 pesos y unos tenis blancos Gucci de 16 mil 300 pesos.
En los últimos pocos años, en parte debido a la profunda crisis por la que atraviesa, la oposición mexicana ha revivido a otros personajes que, en el pasado, han sido señalados por corrupción y hasta por delitos electorales, como Elba Esther Gordillo o Roberto Madrazo, Vicente Fox o Felipe Calderón. Ahora se suma Montiel, quien en los últimos años había mantenido un perfil discreto.
Arturo Montiel Rojas, frustrado aspirante presidencial, ha sido señalado en el pasado por el origen de su riqueza. Entre 2005 y 2006, cuando terminó su Gobierno en el Estado de México se le acusó de enriquecimiento ilícito y peculado, pero una investigación a cargo de una Fiscalía especial creada en 2005 por el entonces Gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, su sobrino, lo libró de toda culpa.
Una mansión en Cádiz, España, —donde ahora reside el expresidente Peña Nieto— fue el detonante de las sospechas hacia el exgobernador mexiquense: se trata de una propiedad valuada entonces en aproximadamente 69 millones de pesos.
Aunque el Gobierno de Peña Nieto determinó que Montiel nunca fue propietario de la casa, diez años después, un documento reveló que la empresa a la que se atribuyó la propiedad estaba en manos de Maude Versini, su exesposa, con quien mantuvo un juicio mediático por la custodia de sus hijos.
SinEmbargo dio a conocer en 2018 cómo documentos a los que tuvo acceso mostraban que el entonces matrimonio controló las empresas Avenstar Limited y Sotoestrella 2003 SL, a las que se atribuyó la propiedad.
No se trata del único señalamiento contra Montiel. En 2007, Maude Versini y Arturo Montiel iniciaron los trámites de su divorcio y a partir de ahí inició una disputa por la custodia de los tres hijos que tuvieron.
Ella ya vivía en Francia con sus hijos y en julio, Montiel le pidió verlos en España. Ese episodio, Versini lo denunció como el primer secuestro de los hijos, ya que de acuerdo con el testimonio de la mujer que los cuidaba, la drogaron y Montiel y los niños desaparecieron del lugar en el que se encontraban.
Luego de ese hecho vinieron denuncias en instancias nacionales e internacionales y hubo incluso injerencia de autoridades de México y Francia, que atravesaban por una crisis diplomática generada por el caso Florence Cassez.
Fue hasta abril 2015 cuando las partes lograron "un acuerdo confidencial", el cual le permitía a Versini ver a sus tres hijos siete semanas al año.
Montiel llegó a la gubernatura del Estado de México, en 1999, en una elección con señalamientos de fraude y compra de votos hechos por el PRD y el PAN, partidos que ahora abanderan a la priista Alejandra del Moral, y que acusarían las mismas prácticas elección tras elección.
El Consejo estatal de Acción Nacional impugnó esos comicios hasta llegar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), pero Montiel Rojas fue ratificado como Gobernador. Ante esto, la oposición anunció que la Presidencia de la Gran Comisión del Congreso local no convocaría a la sesión de toma de protesta del priista para intentar impedir que asumiera el cargo frente al Ejecutivo mexiquense, algo que no pudo llevar a cabo.