Ciudad de México | 2023-01-18
Considerada la nueva epidemia del siglo XXI, el Alzheimer es un padecimiento mental incurable que degenera las células nerviosas del cerebro y disminuye la masa cerebral, de tal manera que los pacientes muestran importante deterioro cognitivo (en el pensar, recordar y razonar), el cual se manifiesta en dificultades en el lenguaje, pérdida de memoria y del sentido de la orientación, así como dificultades para la resolución de problemas sencillos de la vida cotidiana.
Aunque un porcentaje reducido de casos se debe a causas genéticas y hereditarias, en la mayoría participan enfermedades como obesidad, diabetes e hipertensión, así como hábitos de vida en los que podemos incidir, como el sedentarismo y alto consumo de grasas y azúcares refinadas (que también se convierten en lípidos), asegura la experta Ana Brígida Clorinda Arias Álvarez.
Aunque no hay evidencias científicas, se piensa que el origen de la enfermedad se debe a una combinación de factores de riesgo, algunos de ellos no modificables como la edad o la genética; y otros modificables, como el estilo de vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y Alzheimer´s Disease International (ADI) instituciones estiman que para 2050 el número de individuos con esta enfermedad ascenderá a 131.5 millones en el mundo. Se trata de la causa más frecuente de demencia en las personas mayores.
Arias Álvarez destaca que en México existe al menos un millón de casos registrados en hospitales, aunque podrían ser más, pues numerosas personas reciben los cuidados en casa.
No existe un tratamiento para prevenir la enfermedad ni para frenar el avance. Se prescriben medicamentos que ayudan con algunos síntomas y mejoran la calidad de vida de los pacientes, pero solo suele ser útil en las primeras fases, perdiendo su utilidad en las más avanzadas, alerta la experta.
Una vez que aparecen los primeros síntomas, las personas se van degenerando y se vuelven más dependientes, de tal manera que requieren ayuda para actividades cotidianas como vestirse, asearse y comer. Poco a poco se harán imprescindibles las atenciones permanentes de un cuidador.
El Alzheimer –prosigue– afecta al enfermo y a sus familiares y entorno, ya que es difícil ver el deterioro de un ser querido, y las personas cercanas con frecuencia padecen ansiedad y depresión.
Arias Álvarez detalla que las lesiones cerebrales se comienzan a producir 15 o 20 años antes de la manifestación del padecimiento.