México | 2023-07-30
El cambio climático ya está haciendo estragos a la vida en el planeta y los científicos implementan esfuerzos abismales para descubrir la verdadera causa. Ahora, se ha detectado que a la Antártida le falta una cantidad de hielo marino del tamaño de Argentina, equivalente a 2.78 millones de kilómetros cuadrados. Se teme que la causa sea que el hemisferio norte se sofoca bajo una intensa ola de calor de verano que nunca antes se había padecido. A su vez, mucho más al sur y en pleno invierno, se está rompiendo otro récord meteorológico aterrador. En resumen, los especialistas creen que la extensión gigantesca de la tundra ha caído a niveles sin precedentes para esta época del año.
Normalmente, el hielo marino antártico se reduce a sus niveles más bajos hacia fines de febrero. Año con año y durante el verano, el continente sufre modificaciones a su extensión y luego vuelve a acumularse durante el invierno, recuperando "lo perdido" durante el cambio de estación. Sin embargo, los científicos han observado algo diferente durante este periodo. El territorio de la tundra no ha regresado a ningún nivel cercano esperado y de hecho se encuentra en "lo más bajo" de su dimensión para ya estar en esta época del año. Los registros tienen 45 años de trayectoria, el hielo está alrededor de 1.6 millones de kilómetros cuadrados por debajo del récord anterior registrado en el invierno del 2022, informó el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC, en inglés).
Y es que a mediados de julio, cuando el cielo marino de la Antártida estaba de 2.6 millones de kilómetros cuadrados por debajo del promedio de 1981 a 2010, se confirmó que el área faltante era tan grande como Argentina o incluso las áreas combinadas Texas, California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah y Colorado, entidades de Estados Unidos. ¿Qué significa esto? El fenómeno ha sido descrito por algunos científicos como "excepcional fuera de los gráficos". En sí, es tan raro que cabe la probabilidad es que solo ocurra una vez en millones de años.
De acuerdo con Ted Scambos, glaciólogo de la Universidad de Colorado Boulder, hablar en estos términos puede no ser tan útil. En una entrevista que tuvo con la cadena internacional CNN, aseguró que "el juego ha cambiado" pues "no tiene sentido hablar de las probabilidades" de que estos cambios climatológicos sigan siendo como lo estipulado en el sistema, por lo que todo se ha transformado. En esta lucha de averiguar la causa, la misma ubicación geográfica de la Antártida resulta todo un reto de investigación para los especialistas. El continente remoto y complejo tiene una trayectoria diferente a la del Ártico, que se traslada de forma descendente y constante.
A medida de que se acelera la crisis climática, el hielo marino de la Antártida resula ser "muy voluble" en sus cambios geográficos, pasa de ser un mínimo a un máximo histórico. Esto genera que los científicos puedan comprender muy poco de su naturaleza y por ende complicar su respuesta ante las consecuencias que trae consigo el calentamiento global. La única esperanza son las observaciones que se han hecho desde el 2016, donde los especialistas han comenzado a observar una tendencia a la baja, misma que se ha ocasionado por los bruscos cambios de temperatura.
"El sistema antártico siempre ha sido muy variable", recalcó Ted Scambos. "Sin embargo, este nivel (actual) de variación es tan extremo que algo radical ha cambiado en los últimos dos años, pero especialmente este año, en relación con todos los años anteriores desde hace al menos 45 años".
El hielo marino de la Antártida contribuye a la regulación de la temperatura del planeta, esto significa que la desaparición de la gigantesca tundra podría tener efectos en cascada mucho más allá del continente. Debido a que el hielo marino refleja la energía solar entrante de regreso al espacio, al derretirse expone a las aguas oceánicas más oscuras que yacen debajo, las cuales absorben la energía del Sol. Asimismo, los expertos estimaron que el aumento global del nivel del mar podría aumentar alrededor de tres metros si el glaciar Thwaites (de los más grandes del lugar) colapsara por completo, devastaría a comunidades costeras en todo el mundo.
Ted Scambos finalizó diciendo que el bajo nivel récord de hielo marino de este invierno es una señal muy alarmante, pues desde el 2016 que el hielo marino antártico sufrió la primera gran caída, se ha mantenido bajo y ahora ha tocado fondo.
"Algo importante en una gran parte del planeta de repente se está comportando de manera diferente a lo que vimos en los últimos 45 años.", cerró el experto.