Cuerpos de las mujeres, en lucha de pandillas por control de Haití

Bandas criminales están saqueando Haití

Haití | 2023-02-17


Bandas criminales están saqueando Haití, secuestrando, extorsionando y desplazando a los civiles.

"Se están quedando sin herramientas para controlar a la gente", explica Renata Segura, subdirectora para América Latina y el Caribe del International Crisis Group (Grupo Internacional de Crisis).

La violencia sexual se ha utilizado durante mucho tiempo como un instrumento de guerra en todo el mundo, una forma bárbara de sembrar el terror en las comunidades y asegurar el control.

Castigado desde hace mucho tiempo por la crisis -desastres naturales, agitación política, pobreza extrema y oleadas de cólera-, Haití se sumió en el caos en 2021, después del asesinato del presidente Jovenel Moïse.

Nadia tenía 19 años y no estaba lista para ser madre, pero la vida de la joven haitiana cambió cuando caminaba a casa por las calles polvorientas de una zona controlada por pandillas en la capital de Haití.

Fue arrastrada al interior de un automóvil por hombres, que le vendaron los ojos y la secuestraron. Durante tres días, la golpearon, la hicieron pasar hambre y la violaron en grupo.

Meses después, supo que estaba embarazada. En un instante, se desvanecieron sus sueños de estudiar y ayudar económicamente a su familia.

 


Helen La Lime, enviada especial de la ONU en Haití, dijo a finales de enero al Consejo de Seguridad que las pandillas emplean la violencia sexual para "destruir el tejido social de las comunidades", particularmente en zonas controladas por pandillas rivales.

Lo que empeora eso es la fuertemente baja cantidad de denuncias, lo que dificulta que cualquier autoridad comprenda el alcance total del daño. Las mujeres temen que las pandillas busquen vengarse de ellas y confían en la policía haitiana tan poco como en las pandillas.

Ese miedo se ha extendido por todo Puerto Príncipe. Los padres dudan en enviar a sus hijos a la escuela, temerosos de que puedan ser secuestrados o violados por las bandas de delincuentes. Por la noche, las calles bulliciosas de la ciudad se vacían.

Salir de casa es un riesgo, sobre todo para las mujeres. También lo es huir: las pandillas utilizan la amenaza de violación para impedir que las comunidades abandonen las zonas que controlan.

Etiquetas:
.
.