Acción climática, preocupación que no puede desatenderse

Estados Unidos | 2022-09-28

La creciente preocupación por el fracaso de la acción climática revela la falta de confianza en la capacidad para contener el cambio climático a nivel global.

El "fracaso de la acción climática" (entendido como el fallo de los gobiernos y empresas para hacer cumplir, promulgar o invertir en medidas efectivas de adaptación y mitigación del cambio climático, preservación de ecosistemas, protección de poblaciones y transición a una economía neutra en carbono) fue clasificada en el Reporte de Riesgos Globales 2022 como la principal amenaza a largo plazo para el mundo y aquella con los impactos potencialmente más severos durante la próxima década.

Si bien a corto plazo tanto los riesgos sociales como los ambientales fueron clasificados como los más preocupantes; los riesgos exclusivamente ambientales como el "clima extremo", la "pérdida de biodiversidad", la "crisis de recursos naturales" y el "daño ambiental humano", en adición al "fracaso de la acción climática", fueron percibidos como las cinco amenazas más críticas a largo plazo.

La creciente preocupación por el fracaso de la acción climática revela la falta de confianza en la capacidad para contener el cambio climático a nivel global, pues el 77% de los encuestados indicó que los esfuerzos internacionales para mitigar el cambio climático "no han comenzado" o se encuentran todavía en "desarrollo temprano".

Además, pese a la caída global en las emisiones de GEI durante la pandemia, estas aumentaron más rápido en 2020 que su promedio en la última década, lo que deja ver que la economía mundial sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles.

Los expertos consideraron que la inacción climática conducirá a pérdidas proyectadas de entre el 4% y el 18% del PIB mundial con diferentes impactos entre regiones, siendo las economías en desarrollo las más afectadas.

Los efectos visibles y cada vez más frecuentes e intensos del cambio climático, como el derretimiento del hielo terrestre, el aumento del nivel del mar y los períodos prolongados de calor o frío extremos, así como sus consecuencias para los sistemas sociales y económicos, están intensificando el impulso para la transición climática.

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