Ciudad de México | 2024-01-04
En la víspera del Día de Reyes, cuando la tradición resalta la visita de tres sabios magos a Belén para honrar al niño Jesús con regalos, emerge la intrigante figura del cuarto rey mago, Artabán, una figura olvidada en los pliegues del tiempo.
La historia que rodea a Artabán data de finales del siglo XIX, cuando Henry Van Dyke, con pluma meticulosa, dibujó la historia de este cuarto rey mago.
En las colinas del monte Uchita, Artabán, con su barba larga y ojos profundos, buscaba señales divinas a través del oráculo, preparándose para un viaje junto a Melchor, Gaspar y Baltazar hacia Belén.
Sin embargo, su destino se desvió cuando, en un acto de compasión, detuvo su marcha para ayudar a un hombre malherido, ofreciéndole uno de los preciados regalos destinados al niño Jesús.
Este gesto generoso lo alejó de la reunión en Borsippa, marcando el inicio de un viaje solitario y lleno de tribulaciones.
Y es que luego de su parada, el rey mago continuó su camino; sin embargo, al llegar a Borsippa se encontró con una nota, en donde sus compañeros le indicaban que no podían esperarlo más.
A su llegada a Belén, Artabán descubrió que el mesías y sus padres ya habían huido hacia Egipto para escapar de la cruel orden de Herodes de matar a los niños.
La búsqueda incansable de Artabán lo llevó por caminos tortuosos, enfrentándose a desafíos y sacrificios.
Su historia se entrelaza con la crucifixión del mesías, que observó desde la cárcel, y su encuentro con una esclava a la que liberó con su última joya, una perla.
Tras una vida llena de actos de compasión y entrega, Artabán se disculpó con el mesías en sus últimos momentos, recibiendo una voz reconfortante: "Todo lo que hiciste por los demás lo has hecho por mí".
Así, Artabán encontró la paz en su partida, revelando que su búsqueda, aunque no lo llevó a Belén, lo condujo a un reino celestial.
El astrónomo Mark Kidger aporta una perspectiva única sobre el viaje de Artabán, sugiriendo que su pérdida de referencia astronómica pudo haberse debido a la conjunción lunar con la nova una semana antes del nacimiento del mesías.
Lo anterior se debe a que Kidger, sostiene que los cuatro reyes magos se dedicaban a interpretar las "señales" que veían en el cielo, esto los llevaría a Belén.
Esta teoría arroja una luz diferente sobre la historia del cuarto rey mago, añadiendo capas de misterio a la ya fascinante trama que se despliega en las estrellas y la compasión terrenal. En este relato olvidado, Artabán se erige como un símbolo de altruismo y redención, recordándonos que el camino hacia la luz puede tomar rutas inesperadas.