Ciudad de México | 2023-06-28
Con la llegada de las lluvias en México, un fenómeno se despliega en el ambiente. Además de los relámpagos y el sonido de los truenos, un olor característico emerge y nos envuelve: el petricor, el aroma de la tierra mojada.
Este cautivador aroma evoca una sensación de calma y serenidad, convirtiendo los meses lluviosos en una experiencia única para los sentidos.
¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que provoca este peculiar olor y cómo se genera? El petricor, nombre que recibe este distintivo aroma, está relacionado con una bacteria inofensiva llamada Streptomyces coelicolor.
Este microorganismo, presente en la mayoría de los suelos, produce geosmina, una sustancia que combinada con los aceites de las plantas y otras bacterias presentes en la tierra, libera ese olor que se desprende al caer la lluvia.
Esas bacterias son esenciales para la propagación de esporas a través del aire, colaborando así en el ciclo de vida de la naturaleza.
El término petricor tiene su origen en la antigua Grecia, donde se compone de dos palabras: "pétra", que significa "piedra", e "icor", que se refiere a la "sangre de los dioses".
Según la mitología griega, el icor era una esencia divina que fluía por las venas de los dioses en lugar de sangre. Sin embargo, fue en 1964 cuando los geólogos australianos R.G. Thomas y Joy Bear acuñaron el término petricor para describir este evocador aroma que experimentamos durante la temporada de lluvias y que para muchos resulta sumamente placentero.
¿Pero por qué nos gusta tanto este olor a tierra mojada? Algunos científicos atribuyen nuestra afinidad por el petricor a una conexión inconsciente con el papel vital que el agua juega en la supervivencia de la raza humana. Esta asociación genera un efecto de relajación y nos conecta con la naturaleza, brindándonos una sensación de bienestar y plenitud.
Aunque existen perfumes que intentan emular el aroma de la tierra mojada, hasta el día de hoy no se ha logrado sintetizar completamente el petricor. Las fragancias disponibles en el mercado solo ofrecen aproximaciones de este fascinante olor que nos transporta a un mundo de sensaciones únicas.
La comunidad científica también sugiere que nuestra fascinación por el petricor radica en que los olores activan conexiones cerebrales estrechamente vinculadas a nuestras emociones.
Al estar conectado con el sistema límbico, el olfato despierta sensaciones placenteras y reconfortantes, permitiéndonos acceder a recuerdos de momentos y personas especiales en nuestras vidas.
El petricor, ese seductor perfume de la tierra mojada, nos invita a sumergirnos en la esencia misma de la naturaleza. En cada gota de lluvia se despliega una sinfonía.