Xalapa | 2024-11-01
El Día de Muertos es una de las celebraciones más significativas de México, marcada el 1 y 2 de noviembre fechas en que se rinde homenaje a los seres queridos que han partido. En este contexto, la "calaverita" se ha convertido en una actividad especial para los niños, quienes recorren las calles disfrazados, solicitando dulces y monedas.
Más allá de ser solo una oportunidad para recibir golosinas, esta práctica tiene profundas raíces culturales y une a la comunidad en torno al recuerdo y respeto a los difuntos ¿lo sabías?
A diferencia de Halloween, pedir calaverita no es solo un acto de diversión, sino que está ligado a la concepción mexicana de la muerte. Desde tiempos coloniales, los trabajadores en las haciendas pedían dulces o alimentos a sus patrones para dedicar ofrendas a los muertos. La costumbre ha evolucionado, adaptándose a los tiempos modernos, pero mantiene su esencia: unir a la comunidad en una celebración que honra a quienes ya no están.
La fecha exacta para pedir calaverita puede variar según la región de México. En general, los niños comienzan a salir la noche del 31 de octubre y continúan hasta el 2 de noviembre. Este 2024, es probable que veamos nuevamente a pequeños recorriendo las calles en busca de dulces en estos días, portando disfraces que van desde la tradicional catrina hasta personajes contemporáneos, reflejando un cruce cultural con Halloween.
Algunos estados del sur, como Oaxaca, extienden la tradición desde el 28 de octubre, en alusión a fechas dedicadas a las almas de aquellos que fallecieron de manera trágica. Así, cada región aporta su propio toque cultural a esta actividad, adaptándola a sus creencias y costumbres.
Con el tiempo, la calaverita se ha convertido en una forma de enseñar a los niños sobre la muerte y la memoria de una manera alegre y educativa. Al pedir "calaverita", los pequeños aprenden sobre la importancia de recordar a los seres queridos y del respeto hacia el ciclo de la vida.
En el Día de Muertos, cada calaverita, cada disfraz, y cada dulce recibido es una pequeña manera de crear un lazo entre los vivos y los muertos. Más que una simple colecta de golosinas, esta práctica reafirma valores como el respeto por los ancestros, envolviendo a México en un ambiente festivo, reflexivo y lleno de color.