Empresas de Xalapa en el centro del escándalo de la UAS por contratos millonarios e irregulares

*Aunque ambas compañías beneficiadas por la UAS están registradas en Xalapa, tienen el mismo representante*

Xalapa | 2024-09-25


La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) ha realizado pagos por 23.5 millones de pesos a dos comercializadoras vinculadas a Veracruz y asentadas en la capital Xalapa, en un proceso señalado por la falta de licitación y la justificación de gastos.

El desembolso, realizado en 2023, ha generado críticas, especialmente tras las observaciones hechas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en relación al manejo de recursos públicos por parte de la universidad.

¿QUÉ EMPRESAS ESTÁN INVOLUCRADAS?

Las empresas que recibieron los pagos son BUSEC DI y FREDCO DI, ambas registradas en Xalapa, capital del estado de Veracruz y dedicadas a la comercialización de una amplia variedad de productos: desde material quirúrgico hasta refacciones automotrices y salchichonería. 

Aunque ambas compañías están registradas en Xalapa, tienen el mismo representante legal, Franklin Cano Portilla, y comparten un domicilio fiscal. Cuenta con una licencia de taxi otorgada por el Gobierno de Veracruz

Franklin Cano Portilla a su vez es socio en al menos tres empresas más, destacan Global Market-er y PA Worker.

Según las facturas en poder de Noroeste, las empresas no tienen experiencia o antecedentes en la provisión de servicios de asesoría contable o financiera, que es el área en la que supuestamente se realizaron los pagos. 

En total, la UAS pagó 16.5 millones de pesos a BUSEC DI mediante cuatro facturas, mientras que el resto del monto fue destinado a FREDCO DI.

¿POR QUÉ LA UAS PAGÓ ESTAS SUMAS SIN LICITAR?

De acuerdo con los documentos oficiales, los pagos se realizaron para atender las observaciones de la ASF respecto al ejercicio fiscal de 2022. 

Sin embargo, lo que ha levantado sospechas es la manera en que se gestionaron las transacciones. 

Ambas empresas, a pesar de ser prácticamente idénticas, recibieron pagos por separado, lo que permitió a la universidad evitar el proceso de licitación pública que la normativa interna exige cuando los montos superan ciertos límites.

El procedimiento ha sido cuestionado, pues la UAS eludió la transparencia y la competencia que implica una licitación, generando dudas sobre la legalidad y justificación de estos pagos.

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