Misantla | 2025-02-02
Entre rezos, cánticos y la luz de las velas, la comunidad católica de Misantla vivió con gran fervor la tradicional procesión en honor a la Virgen de la Candelaria, una de las festividades más significativas dentro del calendario litúrgico.
En un acto de profunda fe, los fieles recorrieron las calles centrales del municipio, llevando consigo sus imágenes del Niño Dios, ataviadas con trajes cuidadosamente preparados para la ocasión, como muestra de su amor y devoción.
Desde tempranas horas, la imagen de la Virgen de la Candelaria fue dispuesta para la procesión, encabezada por el párroco Joaquín Sánchez, quien guio a los creyentes en este camino de fe, a lo largo del recorrido, el ambiente estuvo impregnado de un profundo recogimiento espiritual, mientras las campanas de la iglesia repicaban anunciando la celebración.
Las familias, con velas encendidas en sus manos, avanzaban en oración, recordando el pasaje bíblico en el que la Virgen María y San José presentaron al Niño Jesús en el templo, cumpliendo así con la ley de Moisés, la luz de las velas representaba a Cristo como la Luz del mundo, símbolo de esperanza en tiempos de oscuridad.
A medida que la procesión avanzaba, los cánticos marianos resonaban con fuerza, elevándose hasta los cielos como una plegaria colectiva, "Oh Virgen de la Candelaria, ilumina nuestro camino y protégenos bajo tu manto sagrado", entonaban los fieles, reafirmando su confianza en la intercesión de María.
La caminata concluyó en la Parroquia Central de Nuestra Señora de la Asunción, donde se celebró la solemne Eucaristía en honor a la Virgen de la Candelaria, en su homilía, el párroco Joaquín Sánchez recordó la importancia de esta festividad y su profundo significado en la vida cristiana.
"La Virgen nos muestra el camino hacia su Hijo, la luz verdadera que ilumina nuestras vidas, hoy venimos a presentar nuestras vidas, nuestras familias y nuestros corazones ante Dios, para que Él nos renueve con su amor infinito", expresó el sacerdote ante la comunidad reunida.
Durante la celebración, los fieles levantaron sus imágenes del Niño Dios para recibir la bendición, encomendando a sus familias bajo la protección divina, el sacerdote roció agua bendita sobre ellas, recordando la importancia de la fe y el compromiso de seguir los pasos de Cristo.
En Misantla, la celebración de la Candelaria no solo fortalece la fe, sino que también refuerza los lazos familiares y comunitarios, para muchos, esta es una oportunidad de renovar su confianza en Dios y encomendar sus hogares a la protección de la Virgen María.
Con esta procesión y la celebración eucarística, los fieles despidieron las festividades navideñas, con el corazón lleno de gratitud y esperanza, la luz de la Virgen de la Candelaria sigue brillando en cada hogar, recordando que, sin importar cuán oscura sea la noche, Cristo es la luz que nunca se apaga.