Misantla | 2025-02-14
Con gran pesar, los Venados de Misantla FC, franquicia que representaba a la ciudad en la Tercera División Profesional de la Federación Mexicana de Fútbol, ha dejado de existir en la señorial Misantla, un sueño que parecía prometedor para los jóvenes de la región, se apaga por la falta de apoyo y el desencanto que generó el equipo, especialmente entre los propios jugadores.
La decisión de abandonar el proyecto fue tomada por el propietario del club, quien no vio el respaldo necesario para un equipo profesional en una ciudad con tantas potencialidades deportivas, a pesar de contar con un director técnico de renombre como Juan Antonio Luna, exjugador del Club América y estratega de equipos como los extintos Tiburones Rojos, la ilusión de los Venados se desmoronó ante la falta de apoyo tangible de la comunidad, empresarios y autoridades locales.
Es lamentable que, a pesar de contar con un cuerpo técnico de primer nivel, la ciudad no haya sido capaz de valorar el esfuerzo que implica mantener una franquicia profesional, Misantla, con su rica historia deportiva, desaprovecha la oportunidad de contar con un equipo que podría haber sido un referente para las futuras generaciones de futbolistas.
A la par de este vacío institucional, la falta de disciplina de algunos jóvenes jugadores, que no pudieron adaptarse al ritmo y las exigencias del fútbol profesional, terminó por quebrantar el sueño de este equipo, este fenómeno, aunque comprensible en un entorno donde la cultura del deporte profesional aún está en pañales, refleja una triste realidad: la juventud de Misantla, en muchos casos, no está dispuesta a asumir el sacrificio que exige el deporte de alto rendimiento.
Es desconcertante cómo el fútbol, que debería ser una herramienta de desarrollo social y comunitario, ha quedado relegado nuevamente, este es un claro ejemplo de la desconexión entre el esfuerzo individual y la falta de compromiso colectivo, en lugar de ver a los Venados de Misantla FC como un motor de cambio, como un símbolo de aspiraciones locales, la comunidad ha dejado que el proyecto naufrague en las aguas de la indolencia.
Es cierto que un equipo de fútbol profesional requiere disciplina, constancia y recursos, pero también es necesario que haya un verdadero compromiso por parte de los gobiernos locales, los patrocinadores y, sobre todo, los ciudadanos, mientras no exista un apoyo real y una cultura deportiva sólida, proyectos como este seguirán siendo solo sueños efímeros.
La partida de los Venados de Misantla FC es una pérdida para la ciudad y, sobre todo, para los jóvenes que esperaban en el fútbol una oportunidad para sobresalir, el sueño del fútbol profesional se va, una vez más, de Misantla, dejando atrás la amarga sensación de lo que pudo haber sido.