México | 2024-11-27
¡Ah, Veracruz, tierra de jarochos bailadores y políticos con más trucos que un mago de feria! El famoso voto 86 en el Senado ha resultado ser el comodín que todos querían jugar, una "bendición" que ni el padre Maciel podía repartir tan equitativamente.
Morena y los Yunes Linares andan más contentos que guajolote en Navidad porque, mira nomás, hasta a Chiquiyunes se le cayó la orden de aprehensión. ¡Qué bonita es la política cuando todo se resuelve entre cuates!
Dicen que el voto 86 fue como la pieza que faltaba en un dominó político, donde todos los huesos encajan a la perfección.
Los de Morena consiguieron lo que querían: aprobar la reforma al poder judicial, y los Yunes, pues, "milagrosamente" vieron cómo desaparecía esa fea orden de extradición contra Miguel Ángel Yunes Márquez. Así nomás, como el truco de "nada por aquí, nada por allá".
Porque si algo nos queda claro, mi estimado lector, es que en Veracruz nunca hay coincidencias, sólo jugadas maestras.
El que diga lo contrario, que le pregunte al Juez Noveno de Distrito, quien, con toda la serenidad de un sacerdote en confesión, dijo: "Pues ya no hay orden de aprehensión". ¡Vaya manera de repartir bendiciones judiciales!
Este voto, dicen las malas lenguas, venía con su caja de sorpresas. Ya sabes, como esas loterías que anuncian en el carnaval: "Todos ganan, todos se llevan algo".
En este caso, el premio mayor fue para Chiquiyunes, quien de pronto pasó de ser "prófugo VIP" a ciudadano sin preocupaciones.
Lo curioso es que en este tipo de acuerdos, la justicia siempre se toma su tiempo, pero cuando hay intereses políticos de por medio, corre más rápido que el Metro en hora pico.
¿Y qué había en la caja? Pues hasta ahora sabemos que incluye:
Lo que nadie dice es qué otras "sorpresitas" están por destaparse. Porque aquí en Veracruz, el que no sospecha, es porque no le está poniendo atención al juego.
La Fiscalía General del Estado (FGE), tan diligente como siempre, anunció que se desistía de las acusaciones contra Chiquiyunes.
Los cargos, que incluían uso de documentos falsos y fraude procesal, desaparecieron como humo en el aire. ¿Coincidencia? ¡Por supuesto que no! Aquí todo huele a un acuerdo de esos que se cierran en cenas largas, con sobremesas cargadas de promesas y algo de "apoyo mutuo".
La política en Veracruz es como un fandango: todos le dan zapateo, pero sólo los buenos bailadores se quedan hasta el final.
Morena consiguió su reforma al poder judicial, y los Yunes, su "borrón y cuenta nueva". ¿Quién perdió? Pues la oposición, que anda más perdida que turista en el malecón.
Lo que viene será como una telenovela jarocha, con más capítulos inesperados que el final de Cuna de Lobos. Porque aunque el caso Chiquiyunes ya está archivado, otros temas podrían salir a relucir.
La política veracruzana es como el agua de tamarindo: parece tranquila, pero trae más ingredientes de los que se ven a simple vista.
Eso sí, alguien va a salir enchilado. La justicia en este estado es tan impredecible como el clima: un día te da sol y al siguiente, tormenta. Pero aquí nadie se sorprende, porque sabemos que así es el juego.
Si me preguntas, ¿quién ganó? La respuesta es simple: todos, menos los ciudadanos. Morena avanzó su agenda, los Yunes limpiaron su expediente, y los de a pie seguimos viendo cómo el sistema se acomoda según los intereses de unos cuantos.
Eso sí, no falta el jarocho que, con su humor, te diga: "Pos ni modo, mano, así es la vida". Y es cierto. Aquí en Veracruz ya estamos acostumbrados a que la política sea un desfile de personajes, con máscaras que cambian según la ocasión.
Si eres de los que todavía creen en la justicia, mejor siéntate con un cafecito de Coatepec y espera a que salga el siguiente escándalo. Porque en este estado, siempre hay algo nuevo que contar. Mientras tanto, disfruta del espectáculo, porque aunque no lo creas, ¡estamos viendo historia en vivo!
Así que no que no, apá. El voto 86 funcionó y nos dejó claro que, en política, todo se negocia. ¿Y tú, ya entendiste el juego o te lo explicamos otra vez?
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