Itesco y canibalismo morenistas

La Jiribilla

México | 2025-01-29

Ahí les va, pa´ que se rían un rato, porque si no lloramos, nos ahogamos en el río de las lágrimas que provoca esta nueva confrontación morenista en el sur de Veracruz.

Ya les he dicho más de una vez, y lo repito como buen veracruzano testarudo: el peor enemigo de un morenista es otro morenista. Y no es que lo diga yo, es que la vida misma nos lo grita con megáfono en la plaza pública.

Pero bueno, aquí estamos, viendo cómo se dan de trancazos entre ellos, como si fueran gallos de pelea en un palenque, pero sin la gracia de un buen son jarocho de fondo. 

Resulta que en el ITESCO, ese instituto tecnológico de Coatzacoalcos que debería ser orgullo de la educación veracruzana, se detectó un daño patrimonial de 57 millones de pesos. ¡57 millones! Con esa lana, hasta podríamos comprar un barco para sacar a los jarochos de la inundación, o al menos comprar unas cuantas caguamas para ahogar las penas.

Pero no, parece que alguien prefirió llenarse los bolsillos, porque aquí en Veracruz, como dice el refrán, "el que no tranza, no avanza". 

La nueva directora, Lorena Martínez, anda como mexicano en Temu, investigando las presuntas irregularidades de la administración anterior.

No menciona nombres, pero todos sabemos que el dedo flamígero apunta hacia Bulmaro Salazar Hernández, el exdirector que jugó sus canicas del lado de Eric Cisneros, el exsecretario de gobierno.

Bulmaro, dicen, era el alfil de Cisneros en el sur de Veracruz. Y aquí, entre nos, todos sabemos que en el ajedrez político, los alfiles son piezas que se mueven en diagonal, como si estuvieran esquivando responsabilidades.

Pero ahora, con la nueva titular del ITESCO, que pertenece al grupo de Rocío Nahle (enemiga jurada de Cisneros), las cosas se están poniendo más calientes que un plato pozolero en agosto. 

¿VENGANZA POLÍTICA O JUSTICIA?

Y es que, como bien dice el dicho jarocho: "Dime con quién andas, y te diré quién te va a traicionar". Aquí, en el morenismo, todos son compadres hasta que les conviene dejar de serlo.

Entre ellos se despedazan como lobos hambrientos, pero eso sí, cuando se trata de dañar al enemigo común, ahí sí se unen como si fueran la selección nacional en un mundial. 

Esta muy bien no perdonar robos en la administración pública, porque es el dinero del pueblo, pero que sea parejo, no sólo por venganza política.

El que robó y mintió tiene que ir a la casa. Así de simple dice mi compadre Chano el de la Cuenca. 

Pero no nos engañemos, esto no es nuevo. Es la misma vieja política disfrazada de cambio. Es como cuando te venden un tamal diciendo que es de elote, pero cuando lo abres, resulta que es de frijol. Y tú, con la boca llena, te quedas pensando: "¿Y mi elote?" Pues así estamos, con un sabor amargo en la boca y con la sensación de que nos volvieron a ver la cara. 

Lo más gracioso (o triste, según cómo lo veas) es que todo esto ocurre bajo el lema de "no robar, no traicionar". ¡Ah, qué bonito slogan! Pero parece que algunos morenistas lo entendieron al revés: "robar un poquito, traicionar un mucho".

 Y así nos va, con instituciones educativas que deberían ser pilares del desarrollo, convertidas en botín político. 

CONCIENCIA LIMPIA COMO EL RÍO COATZACOALCOS

Bulmaro Salazar ha dicho que tiene la conciencia tranquila y más limpia que el río Coatzacoalcos y que pronto sacará unos "trapitos al sol"

Mientras tanto, la comunidad académica y estudiantil del ITESCO está ahí, como los espectadores de un partido de fútbol donde no saben quién está ganando, pero están seguros de que el árbitro está comprado.

Esperan los resultados de la auditoría, como si fueran los números de la lotería, con la esperanza de que alguien les diga: "Aquí está su dinero, señores". 

Pero no se hagan ilusiones, porque en este circo morenista, los únicos que ganan son los que saben mover sus fichas en el tablero.

Y el pueblo, como siempre, se queda viendo el espectáculo, con una mezcla de indignación y resignación, como cuando te das cuenta de que el elote de tu tamal era puro frijol. 

Así que, queridos lectores, mientras los morenistas siguen en su guerra de trincheras, nosotros seguiremos aquí, con nuestro humor jarocho, nuestro sarcasmo y nuestra capacidad de reírnos hasta de nuestra propia desgracia. Porque, al final del día, como dice otro refrán veracruzano: "Más vale reír que llorar, aunque sea de puro coraje". 

Y con esto me despido, no sin antes recordarles que en Veracruz, la política es como el clima: si no te gusta, espera un rato, porque seguro va a cambiar. Pero no se emocionen, porque el cambio no siempre es para mejor. A veces, es solo más de lo mismo, pero con diferente disfraz. 

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