Gómez Cazarín y los aviadores: ¿depuración o puro teatro?

La Jiribilla

Xalapa | 2025-03-21

- Acusa que cobran sin trabajar en el Bienestar de Huerta 

- ¿Y las pruebas, pa´ cuándo

Ahí les va, pa´ que se les quite otro capítulo de la novela jarocha "La Cuatrote: amigos y rivales". 

Resulta que en Veracruz, tierra de sones, marimba y café lechero, hay más vuelos que en el aeropuerto de Las Bajadas. Pero no se emocionen, no es que hayamos descubierto petróleo otra vez ni que el puerto se haya convertido en el nuevo Cancún. 

No, señores. Aquí el asunto es que, según el señor Juan Javier Gómez Cazarín, titular de los Programas Sociales, en la Delegación del Bienestar había más "aviadores" que en un aeródromo. ¡Ah, caray! ¿Y eso qué significa? Pues que había más gente volando que trabajando. Como diría mi abuela: "loco echado en el catre". 

¿Será verdad o ganas de golpear a su amigo Manuel Huerta? Porque ni Catalina Creel fue tan villana como El Carón. 

Pero vamos por partes, que esto no es un chisme de esquina, sino una columna de opinión. Aunque bien podría ser lo mismo, porque aquí en Veracruz hasta las verdades más crudas se sazonan con un poco de guasa. Total, si no nos reímos de nosotros mismos, ¿quién lo va a hacer? 

El caso es que Gómez Cazarín, ese personaje que parece más versátil que un cuchillo de cocina (ahora es runner, ahora canta, ahora es americanista, ahora se mete en escándalos mediáticos), anda de vuelta en la boca de todos. 

Esta vez, el señor se puso las pilas y salió a decir que en la Delegación del Bienestar había un montón de "aviadores". O sea, gente que cobraba sin trabajar, como esos parientes lejanos que llegan a las fiestas familiares sin llevar nada, pero se comen hasta el último tamal. 

Y no es que esto sea algo nuevo, ¿eh? Aquí en Veracruz, desde que el mundo es mundo, siempre ha habido quien quiera vivir del cuento. Pero lo que sí llama la atención es que Gómez Cazarín asegura que ya les dieron de baja a un 80 % de esos "aviadores". ¡Órale! ¿Y cómo es que no se dieron cuenta antes? ¿Acaso estaban tan ocupados tomando café en la oficina que no vieron que había gente que ni siquiera aparecía por ahí? 

¿SÍ PERO CUÁLES SON LOS NOMBRES?

Pero bueno, al menos ahora están haciendo algo, aunque sea tarde. Según el titular, los directores de las regiones ya presentaron los nombres de los que nunca se presentaron a trabajar. ¿De Moloacán habrá alguno? Y no solo eso, también están haciendo las actas administrativas correspondientes. O sea, les están poniendo el cascabel al gato, aunque el gato ya se haya comido medio queso. 

Lo más gracioso del caso es que Gómez Cazarín no suelta números concretos. Dice que no puede dar cifras exactas, pero que sí había "algo de personas" que no trabajaban. ¡Algo de personas! ¿Qué será eso? ¿Diez, cien, mil? Aquí en Veracruz, cuando decimos "algo", puede ser desde un puñado hasta un estadio lleno. Pero bueno, al menos ya están "depurando" el personal, como si fueran unos filtros de agua para quitarle lo turbio al asunto. 

Y luego está lo de las renuncias. Resulta que algunos empleados decidieron colgar el mandil porque van a participar en las elecciones municipales. Sí, esos mismos que quieren ser regidores, síndicos o alcaldes. O sea, se van a dedicar a la política, que es como decir que van a cambiar de cacerola, pero seguir en la misma cocina. 

Y lo mejor de todo es que, si no les va bien en las elecciones, pueden regresar a su puesto, siempre y cuando el delegado del Bienestar les dé el visto bueno. ¡Qué bonito! Como si fuera un juego de escondidas: "Ahora te veo, ahora no te veo". 

Pero no nos desviemos, que el tema de los "aviadores" es lo que nos trae hoy aquí. Y aunque Gómez Cazarín no quiera dar números, lo que sí queda claro es que en Veracruz hay más vuelos que en un festival de papalotes. Y no es que esto sea exclusivo de nuestra tierra, pero aquí le ponemos ese sabor jarocho que lo hace todo más sabroso, aunque duela. 

Ahora bien, ¿qué podemos esperar de todo esto? Pues, como diría mi compadre el de Tlacotalpan: "Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre". O sea, está bien que se estén haciendo las cosas, pero no nos vengan con cuentos chinos. Aquí lo que queremos es transparencia, que no se quede todo en puras palabras bonitas y promesas que se las lleva el viento. 

Y mientras tanto, nosotros seguiremos aquí, echando chisme en la fonda, entre café lechero y pan dulce, porque al final del día, la vida es como un son jarocho: tiene sus altos y sus bajos, pero siempre hay que bailarla con ritmo y con chispa. 

Así que, señor Gómez Cazarín, si de verdad quiere limpiar la casa, pues hágalo bien, que aquí en Veracruz estamos hartos de que nos tomen el pelo. Y si no, pues ya sabe, aquí lo esperamos en la fonda para que nos cuente más historias, porque de eso sí que sabe un buen. 

Y ustedes, queridos lectores, ya saben: no se dejen engañar, porque en Veracruz hasta los "aviadores" tienen sabor a mar. Pero eso sí, siempre con una sonrisa en la boca y un pie en el baile, porque aquí la vida se vive con alegría, aunque duela. 

¡Salud, y que viva Veracruz, caramba!

Cuéntanos el chisme aquí:

lajiribillaelcabula@gmail.com 

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