México | 2024-11-28
La carretera federal 180, particularmente el tramo que conecta Coatzacoalcos, Nanchital y Ixhuatlán del Sureste con la zona industrial del sur de Veracruz, se ha convertido en un verdadero desafío para las autoridades, los industriales y, por supuesto, los ciudadanos.
El pasado 24 de noviembre, representantes de la Asociación de Industriales del Estado de Veracruz (AIEVAC) y funcionarios de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) realizaron una visita de inspección en este tramo, evidenciando el estado crítico de una vía que es vital para el desarrollo económico de la región.
Lo que encontraron no fue sorpresa: una carpeta asfáltica completamente destrozada, víctima de años de abandono, el intenso tráfico de carga pesada que transita diariamente y las inclemencias climáticas que castigan la zona.
No se trata de un problema reciente, sino de una herida abierta que ha venido empeorando con el paso del tiempo.
El diagnóstico preliminar de la inspección confirmó lo que los industriales ya sabían: la carretera necesita una intervención urgente. Sin embargo, no se trata solo de baches y pavimento dañado.
Las alcantarillas obstruidas representan un peligro adicional, ya que el agua se desborda hacia la carretera en cada temporada de lluvias, generando accidentes y ralentizando el flujo vehicular.
La maleza que invade los márgenes de la vía no solo afecta la visibilidad, sino que es un recordatorio de la falta de mantenimiento preventivo.
Los funcionarios federales, en conjunto con los industriales, han planteado una primera etapa de intervención que consistirá en un bacheo emergente.
Esta medida busca al menos garantizar una circulación más segura y fluida durante los meses de diciembre, cuando el tráfico en la región aumenta significativamente por las festividades de fin de año y la actividad industrial.
Sin embargo, la implementación de este plan depende de varios factores.
Por un lado, la SICT no contará con recursos federales para ejecutar un programa integral de mantenimiento, conocido como el "Bachetón", hasta el próximo año.
Ante esta situación, los industriales han manifestado su disposición a colaborar aportando materiales y recursos económicos, siempre y cuando el gobierno asuma la ejecución de los trabajos.
La semana próxima se llevará a cabo una nueva reunión para revisar la volumetría y otros aspectos técnicos, con el objetivo de definir el costo total de la obra y los alcances del proyecto de rehabilitación.
Esta colaboración público-privada podría marcar un precedente importante en la región, pero también refleja la insuficiencia de los recursos públicos para atender las necesidades básicas de infraestructura.
Otro punto crítico en la discusión es el tramo que corresponde al estado de Veracruz, desde la caseta de cobro del puente Coatzacoalcos 1 hasta el entronque con Nanchital.
Este segmento se beneficia de los ingresos generados por el peaje, una fuente de financiamiento que, paradójicamente, no ha sido suficiente para mantener la carretera en condiciones óptimas, sobre todo saliendo de la misma caseta donde, además del peligro de los autotanques estacionados, hay tremendos hoyancos.
La gobernadora electa, Rocío Nahle García, ha prometido que el próximo 2 de diciembre se eliminará el cobro de esta caseta, un compromiso que ha generado expectativas pero también incertidumbre.
¿De dónde saldrán entonces los recursos para el mantenimiento de esta vía? ¿Se creará un fideicomiso especial o se recurrirá a otras fuentes de financiamiento?
La carretera federal 180 no es solo una vía de comunicación; es una arteria estratégica para el desarrollo económico del sur de Veracruz.
Por ella transitan diariamente toneladas de productos petroquímicos, bienes de consumo y maquinaria industrial que abastecen tanto al mercado nacional como a la exportación.
Su deterioro no solo afecta a los empresarios, sino también a miles de trabajadores y ciudadanos que dependen de una infraestructura segura y eficiente.
El desafío que enfrentan las autoridades y los industriales es, por tanto, más que una cuestión de baches.
Es un llamado urgente a replantear la gestión de la infraestructura en una región que, pese a su importancia económica, ha sido históricamente relegada en términos de inversión pública.
El tiempo apremia. Cada día que pasa sin una solución efectiva, la carretera federal 180 se convierte en un riesgo mayor para quienes la transitan y en un obstáculo para el desarrollo de una región que tiene todo el potencial para ser un motor económico de México.
La voluntad de colaboración entre el sector público y privado es un primer paso, pero se requiere algo más: visión, compromiso y, sobre todo, acciones concretas.
El sur de Veracruz no puede seguir esperando.
La falta de transparencia evidenciada en la Glosa del VI Informe de Gobierno de Cuitláhuac García refleja un problema estructural: la ausencia de compromiso real con la rendición de cuentas.
El incumplimiento del secretario de Gobierno, Carlos Juárez Gil, respecto a la información sobre las Alertas de Género, es especialmente preocupante.
No solo obstaculiza la labor legislativa y falta el respeto a los diputados, sino que también vulnera la confianza ciudadana en un momento crítico.
Sin información clara y oportuna, la democracia se debilita y el gobierno pierde legitimidad ante sus gobernados.
Lo bueno es que ya se van.
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