México | 2024-12-16
El famoso profesor Luciano Constantino Ramírez, el orgullo de Cerro Azul, periodista emblemático con muchos años de ejercicio profesional, feliz por llegar este domingo a los 83 años y contando.
Dice, en el profe Luciano, con mucho orgullo de sentirse en su plenitud de salud y de que va por la vida caminando disfrutando de todo momento, y de que no le duele nada, lo que significa buena salud.
Los mejores deseos para que el profesor Luciano Constantino Ramírez, un colega periodista de lujo, de que se conserve con esa actitud de positividad siempre y el gran espíritu bohemio lleno de grandes amigos y colegas periodistas siempre. Éxito profe.
En otro tema, llama la atención las posturas siempre respetables de quienes ilusos escriben de política y economía, incluso han caminado en el servicio público con malos resultados éticos, y que como funcionarios deshonestos del pasado vivieron en la doble moral, y pretenden ahora retornar como la Santa Inquisición para condenar los pecados ajenos y no los propios.
Los que ven la paja en el ojo ajeno y no la ven en el propio.
Los de siempre falsos agoreros y que olvidan el pasado que los hunde, los condena y es que se vituperan, creyendo en la flaca memoria, cuando en la realidad el pasado los señala de perversiones, abusos de poder y también de impunidad.
Los creyentes que piensan que se escudan en un foro mediático, al erigirse en jueces y perdonavidas en los nuevos tiempos políticos del país, es que optan por la parcialidad de las tribunas públicas liberales, y que se utilizan como una vieja práctica política de vomitar rencores, odio y en el marco de la libertad de prensa, pueden decir todo tipo de maledicencias o barbaridades y que la gente simplemente opta por dejar que prediquen en el desierto.
Y aquí sí, nadie se toma la molestia de condenar a quienes ofenden y miden en el mismo rasero de forma imprudente y banal a propios y extraños.
Pero, ir en contra de los adultos mayores con frases ofensivas y groseras es realmente sorprendente y hasta vergonzoso en plena era de un cambio político en el país que terminó con los casi noventa años de poder de los partidos políticos que no han podido renovarse o transformar sus estatutos y principios, cuando se traiciona a los fundadores que fueron oposición vertical en diversas etapas de la vida nacional.
Ahora, al volver a la oposición equivocaron el rumbo y el voto de los ciudadanos convertido en su máxima defensa, los condenó a transformarse y no lo han podido hacer en aras del temor de perder el poco capital político que les queda.
Así es que, sentir el peso del aparato del Estado en los tiempos del pasado no se desea a nadie, ni al peor enemigo, porque simplemente de aquella época quedaron en el archivo de los malos recuerdos los excesos de poder, el cinismo brutal y los desplantes de la fanfarronería banal de los que sólo pensaron en obtener riqueza y beneficios del cargo público.
Hay que controlar el uso de la pluma y del micrófono, porque ofenden al pueblo y que hoy son otros tiempos.
A los políticos y gobernantes del pasado y que algunos idólatras genuinos vieron pasar como Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, a los que poco faltó para que se llevaran hasta la tierra de las macetas, y viven en el exilio por temor a que la justicia y el destino los alcance como a Genaro García Luna.
Por eso, ya no vale la pena recordar y hacer un recuento de lo malo del pasado, y simplemente hoy la preocupación de todos o de la mayoría de este país es por el presente y futuro de las actuales generaciones y de las que vienen, también.
Además, ahora hay que resolver los problemas añejos como la inseguridad, educación, salud y otros temas que se dejaron de atender.
Y sin juicio critican las acciones de justicia social con los beneficios de los programas de bienestar, que antes fallaron y ahora se cumplen y protegen con rango constitucional al pueblo. Ándale. Así las cosas.